tag:blogger.com,1999:blog-35214912702982156162024-03-07T00:42:25.968+01:00la Historia sin HistorietasEs la madurez del tiempo la que determina lo que es Historia, y lo que no pasa, en cambio, de constituir una colección de historias . En cambio las historietas, no son más que un cúmulo de fábulas y de anécdotas que no aguantan el paso de las décadas ni el rigor de los investigadores.El objetivo de este blog es la Recopilacion de textos relacionados con la Historia, historias sin historietasUnknownnoreply@blogger.comBlogger10125tag:blogger.com,1999:blog-3521491270298215616.post-40540978770077723392014-01-12T14:12:00.000+01:002017-02-12T23:12:01.737+01:001941: Un trabajo en Alemania<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;">En 1941 la Alemania nazi requería mano de obra para sostener su industria de guerra. </span></span></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwi-doV4PXOHr0Wv-1LmcfEVP9jWMtlUBhcm_I_6tuhv30GRLGGNLoQ5viRmJ1soLuk6Sn2bPjPdrR2TUF-sEjy8dvnbt7Etn6fRxlYfCdIw1EFpgUiD6eJnzHpRsZeJm4HMuEnD0tDwc/s1600/1307376640421.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwi-doV4PXOHr0Wv-1LmcfEVP9jWMtlUBhcm_I_6tuhv30GRLGGNLoQ5viRmJ1soLuk6Sn2bPjPdrR2TUF-sEjy8dvnbt7Etn6fRxlYfCdIw1EFpgUiD6eJnzHpRsZeJm4HMuEnD0tDwc/s1600/1307376640421.jpg" height="409" width="640" /></a></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;">La España de Franco, en cambio, necesitaba desprenderse de trabajadores, debido a la precariedad de una economía maltrecha por la Guerra Civil. </span></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las autoridades españolas veían en esta salida una solución al desempleo.</span></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Ante la convergencia de intereses, ese año los dos países firmaron un convenio. España permitió a miles de personas desplazarse a Alemania con un contrato de trabajo de un año de duración, prorrogable otro más. En la imagen contemplamos a algunos de los seiscientos "productores" (tal como los denominó el régimen para evitar términos como "obrero", de connotaciones izquierdistas) que salieron de Barcelona. </span></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br />El fotógrafo Josep Brangulí los inmortalizó cuando se disponían a partir de la Estación de Francia. </span></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br />Al frente de cada grupo se hallaba un jefe, por lo general miembro del partido de la Falange o de Sindicato Vertical, el único existente en el país, que integraba a trabajadores y empresarios. </span></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br />Tras cruzar la frontera, la expedición se detenía en Hendaya, donde los miembros recibían ropa de trabajo. El importe de las prendas les sería descontado del dinero que enviaban a sus familias a través del Banco Internacional de Industria y Comercio y del Deutsche Überseeische Bank. </span></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br />Una vez en su destino, los españoles disfrutaron de beneficios sociales, como un seguro contra accidentes. Pero también se enfrentaron a numerosos problemas. Se quejaron, por ejemplo, de raciones de comida insuficientes y condimentadas "siempre al gusto alemán". Conforme avanzó la Segunda Guerra Mundial, este tipo de emigración dejó de ser atractiva debido a los bombardeos cada vez más frecuentes. </span></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br />La mayoría de los afectados deseó regresar a casa; otros prefirieron enrolarse en una unidad de voluntarios al servicio de Hitler. </span></span>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3521491270298215616.post-82966498610336794602012-12-22T21:38:00.001+01:002017-02-12T23:12:01.813+01:001958 : Plan Nacional de Estabilización Económica<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsHRPymcKFZRDMzsmWQiz0VqIW8MeyeMvgmwzLflBOiwk-RbY_0WyCfWkhB0lZx0nfRqRlgFOjFUZo4ZxSJ-2torKQB92jyAMRzNmeHVAVToI7FVNKbbrHl8q4TCXaXtHPZ3ozcaOmQ2k/s1600/alberto+ullastres.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsHRPymcKFZRDMzsmWQiz0VqIW8MeyeMvgmwzLflBOiwk-RbY_0WyCfWkhB0lZx0nfRqRlgFOjFUZo4ZxSJ-2torKQB92jyAMRzNmeHVAVToI7FVNKbbrHl8q4TCXaXtHPZ3ozcaOmQ2k/s400/alberto+ullastres.jpg" width="359" /></a></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Cuenta la leyenda que, a finales de 1958, el recién nombrado ministro de Economía fue llamado al Palacio de El Pardo para atender una consulta que Franco quería hacerle en privado. El ministro, Alberto Ullastres, madrileño, repeinado, miembro del Opus Dei y estudioso de la obra de Juan de Mariana –al que había dedicado su tesis doctoral–, se presentó cumplidor y de punta en blanco a la cita.<br /><br />Al fondo del despacho, el Generalísimo, vestido de paisano detrás de la mesa, iluminada tan sólo por una lamparita, esa que nunca se apagaba, levantó la cabeza y le preguntó por qué España estaba a punto de presentar suspensión de pagos. Ullastres, que era hombre de mucha fe pero nada supersticioso se estiró ajustándose la corbata, miró al frente y le dijo:</span></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;"><br />Su Excelencia, nos quedan sólo 57 millones de dólares en reservas en el Banco de España, cuatro veces menos que hace tres años. La inflación está disparada y el coste de la vida se ha incrementado un 50% en los dos últimos años. El país produce poco y mal, y arrastramos un déficit comercial de casi 400 millones de dólares.<br /><br />Franco, que de economía sabía lo poco que le habían contado sus ministros de Falange, los de la justicia social y la revolución pendiente, recordó a Ullastres que los españoles ganaban cada vez más porque el leal Girón de Velasco les subía continuamente el sueldo por decreto. Ullastres, lejos de arredrarse, replicó:<br />Esa es, precisamente, una de las causas de la inflación. Y no ganan cada vez más: en términos reales ganan mucho menos, porque el dinero pierde valor. Imprimimos mucho más dinero del que realmente tenemos. Nuestra economía está aislada del exterior, y regulada en exceso. El cambio de la peseta es artificial, y el gasto público está muy por encima de lo que podemos permitirnos. Nuestra renta per cápita es la más baja de Europa, sólo 300 dólares, y hace veinte años que terminó la guerra.<br /><br />Su Excelencia, créame: si esto continua así, no sería de extrañar que resurjan las huelgas del 56, agravadas por la carestía de los artículos de primera necesidad y la falta de expectativas.<br /><br />Entonces, prosigue la leyenda, algo se encendió en el cerebro de Franco, que, sin necesidad de levantarse, pero con mucha solemnidad, dijo:<br />Señor Ullastres: confío en usted. Haga lo que tenga que hacer; y hágalo cuanto antes.<br /><br />Ullastres se reunió con su amigo Mariano Navarro Rubio, a la sazón ministro de Hacienda, y entre ambos diseñaron un plan completo para sacar a España del hoyo en el que dos décadas de socialismo, en su variante falangista, le habían metido. Franco, militar al fin y al cabo, quería resultados, y que todo fuese rápido. Como en casa no iban a tener apoyos –más bien todo lo contrario–, Ullastres y Navarro fueron a buscarlos fuera. La Organización Europea de Cooperación Económica, la OECE, les echó un cable en forma de un informe que fue ampliamente publicitado.<br /><br />Los técnicos de la OECE desgranaban una a una todas las dolencias que padecía España, el único de los países de Europa Occidental que no había conseguido remontar el vuelo tras la posguerra. La autarquía franquista era un suicidio a cámara lenta que estaba llegando a su inevitable final. La economía, lastrada por la doctrina del nacional-sindicalismo, era improductiva, muy poco atractiva para los inversores, y se encontraba encorsetada por una legislación asfixiante. </span></span></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El informe fue publicado en mayo. Un mes después, la profecía que Ullastres había hecho ante el Caudillo empezó a hacerse realidad. El 18 de junio el Partido Comunista convocó una huelga general pacífica. Fue un completo fracaso, porque los comunistas tenían el predicamento que tenían, es decir, casi ninguno, pero el nerviosismo empezó a cundir en los ministerios. Tres semanas más tarde, Ullastres viajó a Washington para reunirse con el FMI y ultimar el plan. A su vuelta todo estaba listo para imprimir el mayor golpe de timón de toda la historia económica de España.<br /><br />El 20 de julio Ullastres se presentó en las Cortes bien desayunado para defender su Plan Nacional de Estabilización Económica, frente a una bancada de camisas viejas, militares en la reserva, obispos eméritos y representantes del sindicato vertical y el tercio familiar. Las medidas que iba a tomar el Gobierno eran ocho, todas muy simples. La peseta sería convertible, los controles de precios serían levantados de inmediato, se eliminaría gran parte de los aranceles, se aprobarían leyes para favorecer la inversión extranjera, los tipos de interés subirían hasta ajustarse al tipo natural de preferencia temporal, se congelarían los salarios, el gasto público se detendría en seco y el Gobierno no podría ya pignorar ni un céntimo de deuda en el Banco de España.<br /><br />Como aquello era una dictadura y se hacía lo que decía Franco, Ullastres salió con su plan aprobado. Al día siguiente se publicó en el BOE y se puso en marcha.<br /><br />Los resultados fueron espectaculares. En sólo un año la inflación bajó del 12,6 al 2,4%, las reservas de divisas se multiplicaron por tres y se registró superávit en la balanza de pagos. En 1960 los turistas, atraídos por un sol y una playa especialmente económicos, empezaron a afluir masivamente. Las empresas europeas miraron por encima del Pirineo y, en lugar de ver un solar devastado, vieron una tierra de promisión en la que instalarse con sus fábricas.<br /><br />Diez años después, a España no la conocía ni el propio Franco. El hombre enfermo de Europa, ese romántico país del sur donde la gente se movía en burro y los jornaleros trabajaban de sol a sol por un plato de altramuces, se convirtió en la décima potencia industrial del mundo. Se había producido el milagro español, un periodo muy corto que, sin embargo, ha tenido gran trascendencia en nuestra historia reciente. Sin el Plan de Estabilización y todo lo que trajo consigo España sería hoy muy diferente, y necesariamente peor.<br /><br />Nunca terminaremos de agradecer lo suficiente a Ullastres lo que hizo. Murió en el anonimato hace unos años, tras haberse convertido en uno de los mayores expertos de la Escuela de Salamanca. Lógico. De casta le venía al galgo.</span></span></div>
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<span style="color: #999999;"><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Autor: F diaz Villanueva</span></span></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3521491270298215616.post-73274633452940644372012-12-09T12:37:00.004+01:002017-02-12T23:12:01.795+01:001945: Cuando Franco temió perder el poder<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGHMCrchlg6l_7lblj44ueSyIndKwAyayGY_KX7iSWWl9ybKUf6Sw5Oti9QUNKiZU2j25sFSo_draFarQnT7pNsV3A8s_5FVZqSYpBSbbD_X2SdFMGRhKzxlwNWOp5qegtdMsQVoiNJN8/s1600/franco.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGHMCrchlg6l_7lblj44ueSyIndKwAyayGY_KX7iSWWl9ybKUf6Sw5Oti9QUNKiZU2j25sFSo_draFarQnT7pNsV3A8s_5FVZqSYpBSbbD_X2SdFMGRhKzxlwNWOp5qegtdMsQVoiNJN8/s400/franco.jpg" width="299" /></a></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><span style="font-size: small;">En sus casi cuarenta años de gobierno, Franco sólo temió perder el poder en una ocasión: en la primavera de 1945, cuando sus dos principales aliados, Hitler y Mussolini, se fueron al otro barrio y los vencedores, entre los que se encontraban algunos republicanos españoles, se paseaban orgullosos por Europa, limpiándola de simbología fascista.<br /><br />Ni antes, con el maquis y el semibloqueo comercial que impuso la flota británica durante la guerra, ni después, con el cierre en banda de las democracias occidentales y el descrédito en Europa, Franco vio peligrar seriamente su dictadura. Las amenazas internas fueron siempre aisladas, de poca envergadura y castigadas con severidad (en algunos casos desproporcionada). Las externas se manejaron con discreción y, a excepción de la emanada de la Conferencia de Potsdam, no llegaron a representar un peligro mayor.<br /><br />Franco, que era muy cuco, había visto venir la derrota del Eje desde, por lo menos, el invierno del 43, cuando se rindió el VI Ejército alemán en Stalingrado y los aliados ocupaban a placer el norte de África. Como, a fin de cuentas, era militar y no un fanático ideológico de la Falange, supo ver que todo era cuestión de tiempo. El jaque ruso en las estepas y la incontenible potencia militar norteamericana habían decidido el destino de la contienda. Alemania podría resistir algún tiempo, pero la guerra ya estaba perdida, y con ella Hitler y su nacionalsocialismo.<br /><br />Y así fue. Desde el desastre de Stalingrado, los alemanes se batieron en retirada en todos los frentes. Les quedó cuerda, eso sí, para aguantar dos años y medio más. Franco fue desandando el camino con parsimonia. En octubre repatrió a la División Azul. Al año siguiente restringió las exportaciones de wolframio a Alemania y explusó a sus espías del Protectorado. En 1945 abandonó silenciosamente Tánger, tal y como le pidieron los aliados, promulgó el Fuero de los Españoles y limpió el Consejo de Ministros de inoportunos y ya amortizados camisas azules, para sustituirlos por monárquicos y católicos profesionales, que de estos últimos en el franquismo hubo muchos.<br /><br />El saludo fascista obligatorio se suprimió en septiembre del 45. Para entonces la guerrera falangista del Generalísimo llevaba tiempo apolillándose en algún armario del Palacio de El Pardo. En sólo tres años había pasado de apoyar sin reservas a las potencias del Eje a tratar de congraciarse con británicos y norteamericanos, a los que estaba dispuesto a perdonarles hasta que se entendiesen con los bolcheviques.<br /><br />Stalin, por su parte, albergaba cierta esperanza de poder desquitarse, aunque fuese moralmente, de la derrota del 39. De un modo un tanto curioso. Antes del Desembarco de Normandía existió un plan aliado para asaltar desde España la fortaleza nazi en el continente. Stalin se opuso porque nuestro país quedaba muy lejos del frente oriental y porque atravesarlo no sería fácil. El georgiano sabía por experiencia propia que España era un hueso duro de roer: extensa, montañosa y habitada por indómitos requetés de boina y crucifijo, Santiago y cierra España que, después de comulgar, se echaban al monte como fieras poseídas por el espíritu de San Ignacio de Loyola. Los romanos, los moros y Napoleón ya habían probado la amarga medicina hispana, y no era plan que el frente occidental se atascase en alguna serranía ibérica.<br /><br />Luego, en Potsdam, Stalin se replanteó el asunto y propuso invadir España con las tropas aliadas estacionadas en Francia, reforzadas con exiliados republicanos. Churchill se opuso. Por las mismas razones militares que Stalin un año antes, y porque lo que la URSS perseguía era colocar un peón en el extremo sudoeste de Europa. Si Moscú se hacía con la España de Franco –y después con el Portugal de Salazar–, Inglaterra, Francia e Italia se verían emparedadas por el recrecido imperio soviético. Además, en la práctica no había un recambio para Franco. En el extranjero convivían, como mínimo, cuatro Españas: la del Gobierno republicano en el exilio, radicado en México; la de los combatientes republicanos en la Guerra Mundial, afincados en París; la de los republicanos comunistas, acogidos a sagrado en Moscú, y la de Juan de Borbón, que por entonces paraba en Lausana junto a la reina Victoria Eugenia.<br /><br />Estas cuatro Españas sólo se representaban a sí mismas, y Churchill lo sabía. Los americanos se fiaban de él. Roosevelt acababa de morir; su sucesor, Harry Truman, masón del Medio Oeste, antiguo dueño de una mercería, poco sabía de Europa, pero intuía que la malencarada y violenta marea roja que procedía del este del Elba no auguraba nada bueno.<br /><br />Ese cálculo tan elemental fue lo que libró a Franco de una derrota segura, y a España de una devastadora segunda edición de la Guerra Civil, esta vez con portaviones, bombarderos B-29, tanques Sherman y bombas nucleares.<br /><br />En El Pardo descontaban la intervención y se dispusieron a resistir. En el Desfile de la Victoria, Franco abandonó la tribuna y participó en el mismo a lomos de su caballo, desde el que saludó al respetable y a las cámaras, muchas de ellas de corresponsales extranjeros que harían llegar con celeridad la película a sus países de origen. Si hay que morir, habrá que hacerlo a pecho descubierto, como los Tercios de Flandes, debía de pensar el general; al menos eso era lo que quería mostrar. Luego, en la intimidad del despacho, poco frecuentado ya por Serrano Suñer y demás proalemanes de tiempos pasados, lo que se imponía era la mano izquierda y las buenas formas con el embajador de Estados Unidos. <br /><br />Si el régimen tenía que reinventarse, se reinventaría. Al fin y al cabo, a él eso del nazismo siempre le había parecido algo propio de paganos nórdicos, gente sin civilizar. No se le podía acusar de haber entrado en la guerra o de haber promulgado leyes antisemitas, como sí hizo el memo de Mussolini. Podía presumir, en cambio, de pedigrí anticomunista, un valioso capital en los tiempos que se avecinaban.<br /><br />Pero el canje: permanencia en el cargo a cambio de lealtad en la lucha contra el comunismo, no acababa de efectuarse. Y en esas se estuvo durante años. Las fronteras se cerraron, Madrid se quedó sin embajadores y el régimen, aislado, hubo de subsistir con lo puesto. Luego pasó lo que tenía que pasar. En marzo del 46, con los cabecillas nazis aún sentados en el banquillo de Núremberg, Churchill anunció que se había corrido un telón de acero entre Trieste y Stettin.<br /><br />Dos años después los soviéticos bloquearon Berlín; meses más tarde Mao se apoderó de China; en junio de 1950 estalló la Guerra de Corea.<br /><br />Franco, que se había portado bien durante aquel lustro, recuperó el crédito. Su beligerancia era nula. En España no se hacían desfiles con antorchas, sino procesiones del Corpus. Aquello de "Por el imperio hacia Dios" se trocó por lo de la "Reserva espiritual de Occidente". Los españoles no estaban por la revolución nacional-sindicalista, sino por agenciarse algo de jamón de contrabando y fumarse una faria en los toros. <br /><br />España era otra cosa, por eso Franco salvó la camisa y garantizó la pervivencia de su régimen hasta su propia ("su" de él) muerte.</span></span></div>
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<span style="color: #cccccc;"><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">autor: fernando diaz villanueva</span></span></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3521491270298215616.post-15652776833078397842011-10-27T22:32:00.000+02:002017-02-12T23:12:01.671+01:001926: Franco ,el Comandantin<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAMUecAwn4bOpARWkHkzMmCVM6m-Ooqw88YKM_7EiW7CA0c2qt0BLbDyU6-raD5EKaJc8KMw2cqBEyfdI2-_O7Qg-gs729-QZQBNuESCfWAfMGnowTK7rdaL0fdy-U5CV14-A17rLglR0/s1600/franco.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAMUecAwn4bOpARWkHkzMmCVM6m-Ooqw88YKM_7EiW7CA0c2qt0BLbDyU6-raD5EKaJc8KMw2cqBEyfdI2-_O7Qg-gs729-QZQBNuESCfWAfMGnowTK7rdaL0fdy-U5CV14-A17rLglR0/s1600/franco.jpeg" /></a></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi27dO6Bp_h9ELK7aAdRel7Mu4BmBcqmwBHE9tDWifw-V0HgoWuTnGK9tHcNbAc2Q0bXitDznEKwcAwe1peHGwoeykdjaa562S8hR4h7Sz8900J7UApcUrKE2vVlLP2FPQ43tkYf9FP7rM/s1600/franco+joven.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br />
</a><br />
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">El ascenso a general de un militar de sólo 33 años, hecho insólito en Europa, iba a determinar la Historia de la España contemporánea.</span></div>
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<span style="font-size: small;">La compañía de Regulares de Melilla se lanzó al asalto de la Loma de las Trincheras, en monte Biutz, con su acostumbrado ardor temerario. Las fuerzas indígenas habían sido creadas para eso, para servir de carne de cañón en la terrible Guerra de África, para ahorrar muertes de reclutas españoles, que provocaban problemas políticos en España. En su primer año de existencia, los Regulares habían sufrido un 40 por 100 de bajas.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
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<span style="font-size: small;">También era muy alta la mortalidad entre los oficiales españoles que mandaban a los soldados moros. El jefe de la compañía, un joven capitán llamado Francisco Franco, fue alcanzado en el vientre al coronar la loma. Los camilleros le trasladaron hasta el puesto sanitario avanzado, pero cuando el médico vio la herida su dictamen fue: “Mortal de necesidad”. Y le dejó morir sobre la camilla mientras atendía a otros que sí tenían salvación.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
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<span style="font-size: small;">Aquí debería acabar la historia con minúscula de Francisco Franco Bahamonde. En realidad iba a suponer su entrada en la Historia con mayúscula.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
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<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Porque el capitán no se moría. Ni siquiera perdía el sentido. Veía ir y venir a las ambulancias que se llevaban al hospital de Ceuta a los otros heridos llegados después que él... Cuando comprendió que le iban a dejar morir allí, le pidió a su ordenanza el fusil y llamó al médico. Apuntándole con el arma le conminó: “En la próxima ambulancia voy yo, o te mato”. Fue evacuado en la ambulancia siguiente y en el hospital de Ceuta salvó la vida.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Ésta es al menos la historia que el propio Franco le contaría a su única hija, Carmencita, quien la daría a conocer muchísimos años después. No hay forma de refrendarla, pues no existen informes ni registros documentales del hecho. Si hubiesen existido le habrían costado un consejo de guerra al capitán Franco. En vez de eso, la acción de la Loma de las Trincheras le valió el ascenso a comandante por méritos de guerra.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Los generales que malamente dirigían la Guerra de África necesitaban apremiantemente héroes para disimular el desastre en que se habían metido. “Franquito”, como llamaban todos a aquel menudo oficial, daba bien el perfil. Era muy joven, casi con cara de niño, pero muy serio y, desde luego, valiente. Lo propusieron nada menos que para la Laureada de San Fernando, la más alta condecoración al valor.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Pero los estatutos de la orden eran muy estrictos y la petición fue rechazada. Para compensar el fiasco, los generales decidieron algo inaudito, ascender a Franquito a comandante.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Franco sólo tenía 23 años. A esa edad lo normal era ser teniente y mandar una sección de 30 soldados. Un comandante mandaba un batallón de 500 o más hombres, y tenía responsabilidades tácticas y organizativas. En ningún ejército europeo había comandantes de esa edad.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Ese extraordinario salto en la carrera militar de Franco sería la primera ficha de un dominó que le llevaría a la cúspide. Diez años después sería el general más joven de Europa; esto le permitiría, en otros diez años más, convertirse en el jefe supremo del alzamiento militar contra la República. Y así llegar a dictador de España hasta su muerte en la cama, cuatro décadas más tarde.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Junto a las consecuencias materiales para la carrera de Franco, la acción de la Loma de las Trincheras las tuvo también morales. Tras su inexplicable curación –motivada al parecer porque al coronar la loma, la fatiga hizo que se comprimieran los pulmones de Franco, con lo que la bala no tocó los órganos vitales– los moros comenzaron a decir que tenía baraka, la suerte milagrosa de los elegidos de Dios.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Quizá fue entonces cuando el propio Franco comenzó a considerarse a sí mismo un ser providencial. La máquina propagandística del franquismo haría posteriormente que millones de españoles le creyeran también un enviado de Dios.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">La verdad es que en la vida del dictador se sucedieron acontecimientos extraordinarios que determinaron su destino y, con él, el nuestro.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">El primero había sido el cierre de la Academia Naval tras el desastre del 98. Franco pertenecía a una familia de El Ferrol de tradición naval, y desde que nació estaba destinado, como sus hermanos, a ser marino. Pero los norteamericanos habían destruido la flota española en la Guerra de Cuba, y sin barcos no hacían falta marinos. La frustración de no poder entrar en la Armada ha sido apuntada por algunos historiadores para explicar la curiosa actitud de Franco respecto a la Cuba de Fidel Castro y su enfrentamiento con Estados Unidos; pese a su anticomunismo y a su alianza con Washington, Franco rompió el bloqueo norteamericano de la Cuba castrista y supuso un sostén de hecho para el régimen de Fidel Castro. Pero eso es otra historia.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Sin Academia Naval, el adolescente Franco no tuvo otro remedio que ingresar en la de Infantería y hacerse militar de rebote. Si hubiera sido marino, su papel en el alzamiento y la Guerra Civil habría sido tan intrascendente como el de todos los marinos y jamás habría alcanzado el poder.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">El temprano ascenso tuvo otras consecuencias en el carácter del personaje. Como se había convertido en una celebridad, Millán Astray, personaje estrambótico y carismático,le fichó para su recién creada Legión, una tropa de choque mercenaria a imitación de la famosa Legión Extranjera francesa. Allí Franquito se convirtió en el Comandantín. No era sólo por su juventud, sino porque físicamente no daba la imagen de un comandante legionario. Era bajito, tendía a la obesidad y su cara era de expresión blanda, meliflua. Por si fuera poco, tenía la voz atiplada.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Así surgió la leyenda del castrado. No existe ningún dato que la apoye, pero como Franco ha tenido aún más detractores que hagiógrafos, su falta de virilidad aparente se convirtió en una constante en las burlas, las caricaturas y los chistes que, incluso antes de convertirse en dictador, corrían sobre él.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Para compensar esos rasgos feminoides, el Comandantín se convirtió en el jefe más duro que imaginarse pueda. Cuando hubo que ir a socorrer Melilla, a punto de ser tomada por los rifeños, Franco obligó a su bandera (batallón) de la Legión a realizar una marcha forzada de 100 kilómetros en día y medio.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">La Legión era un microcosmos, y su sede central, el cuartel de Dar Rifién, una especie de estado dentro del Estado. Allí no se dependía de la Intendencia ni de la burocracia militar, la Legión no sólo tenía sus propias leyes –terribles– sino sus propios recursos: huertas, granjas, ganados que permitían a los legionarios vivir muy por encima del soldado español en campaña.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Como el organizador de todo esto fue Franco, desarrolló una extraordinaria seguridad en sí mismo, una autoestima que le haría pensar que era capaz de cualquier cosa, desde escribir el guión de una película –Raza, dirigida por José Luís Sáenz de Heredia bajo la directa supervisión del Caudillo– hasta gobernar de manera autocrática España durante 40 años.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">En febrero de 1926, Franco dio otro salto providencial. Apadrinado por Alfonso XIII y en el ambiente propicio de la dictadura militar de Primo de Rivera, fue ascendido a general con 33 años recién cumplidos. Era algo sin precedentes en los ejércitos europeos desde las conmociones de la Revolución Francesa.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">En España raramente llegaba un militar al generalato antes de los 50 años; los más brillantes, los que ascendían por méritos de guerra, en la cuarentena. Si Franco hubiera seguido esa pauta profesional, al estallar la Guerra Civil habría sido teniente coronel o todo lo más, coronel. Aunque hubiera tenido un papel importante en la rebelión, no habría podido ser designado su jefe supremo por la Junta de Generales que, en el primer momento, asumió el mando en la España sublevada.</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br />
</span></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">No vamos a pensar que esto cambiara el desarrollo de la Guerra Civil, pero dado que la mayoría de los generales eran monárquicos, la victoria de los alzados habría supuesto seguramente la restauración inmediata de la monarquía, en Alfonso XIII o en su hijo don Juan. En todo caso algo es seguro: si no hubiese habido general Franco, no habría habido franquismo. </span><br />
<br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Adaptacion de texto original de Luis reyes </span></span></span></div>
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</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">No fue un simple policía de la represión franquista. El agente Pedro Urraca Rendueles convirtió en una pesadilla el exilio de destacados dirigentes republicanos huidos a Francia después de la Guerra Civil. Con ayuda de la Gestapo, los hostigó, persiguió y terminó apresando. No se detuvo hasta detener al presidente de la Generalitat, Lluís Companys, y conducirlo a España para que fuera ejecutado tras un sumario consejo de guerra. La pista del agente Urraca se pierde a su regreso a España. Su historial posterior es un misterio que tardará en resolverse. Su hoja de servicios será inaccesible hasta el año 2021.</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">Su identidad tardó en ser conocida . Nadie le molestó. Nadie llamó a su puerta. Nadie pudo interrogarle por su actuación en Francia tras la Guerra Civil. Un historiador llegó a localizar un teléfono a su nombre en una guía telefónica de Madrid en los años noventa, pero no llegó a marcar ese número. Ni siquiera en el archivo del Ministerio del Interior consta la fecha de su presunto fallecimiento (de seguir vivo tendría 104 años), un dato que no es anecdótico: la ley impide acceder a su historial hasta pasados 25 años de su muerte.</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">en aplicación de la ley, su expediente no será accesible hasta octubre de 2021, dado que el último documento (un reconocimiento de trienios) data de 1971 y han de pasar 50 años o 25 desde su muerte. Se jubiló en 1969. No consta fecha de su fallecimiento. Los datos más elocuentes sobre sus actividades están en los archivos franceses, entre ellos su condena a muerte en 1948 por el Gobierno frances acusado de colaboración con los nazis y persecución de exiliados españoles. Urraca pudo sortear esa condena. Desde los años cincuenta ha sido un funcionario especialmente escurridizo.</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">Pedro Urraca fue el personaje central de una red de policías que el régimen de Franco distribuyó por Francia tras la guerra para perseguir, y en algunos casos detener, a las principales autoridades de la República Española en el exilio. No fue una actividad secreta, sino una operación de represión en territorio extranjero en colaboración con la Gestapo y el régimen de Vichy. Existe documentación sobre el envío de agentes policiales, en diciembre de 1941, con destino a Marsella, Perpiñán y Toulouse para investigar y perseguir a "los jefes rojos". Paralela a esta operación policial fue la actividad de la Comisión de Recuperación de Bienes Españoles en el Extranjero, dirigida por el coronel Barroso, agregado militar en París. Esta red no se limitó a vigilar y perseguir a republicanos: se incautó de dinero, joyas y documentos en los domicilios donde residían los exiliados.</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">No hace mucho tiempo que se pudo verificar que fue Pedro Urraca el autor, el 13 de agosto de 1940, de la detención de Lluís Companys, presidente de la Generalitat durante la guerra. Fue también quien primero le interrogó en París y quien finalmente ejecutó su entrega en Irún a las autoridades españolas, que lo fusilaron semanas después (15 de octubre). El caso de Companys fue similar al de Julián Zugazagoitia (ministro de la Gobernación con Negrín, detenido en París, entregado y fusilado en Madrid). Detuvo e interrogó a decenas de personalidades relevantes de la República, como Manuel Portela Valladares (ex presidente del Consejo de Ministros), Josep Tarradellas, Juan Morata (subsecretario de Gobernación) o Mariano Ansó (ministro de Justicia). La lista es muy extensa.</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">También vigiló de cerca las actividades del presidente Manuel Azaña, a quien no pudo detener por las presiones que ejerció en aquel momento el Gobierno mexicano. Pero Azaña estuvo entre sus objetivos: le vigiló hasta el mismo día de su muerte (de hecho, fue quien informó a Madrid de su fallecimiento y entierro en Montauban, en una nota que se guarda en el Ministerio de Asuntos Exteriores). La red que dirigió este policía despojó de sus bienes y de documentos a muchos refugiados y trató de impedir que algunos de ellos pudieran embarcar a México (entre ellos, la viuda de Azaña).</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">Su nombre comenzó a salir a la luz en algunas memorias de refugiados españoles en Francia. Se trataba de referencias aisladas, carentes de apoyo documental. Posteriores investigaciones (las más importantes arrancan del año 2000) fueron colocando en su lugar a este personaje y documentando su actividad. Pedro Urraca no ha dejado de ser, aún hoy, un personaje un tanto enigmático, insuficientemente estudiado porque sigue siendo difícil el acceso a ciertos archivos españoles.en los archivos franceses. se encontró, entre numerosos documentos, el informe elaborado por Pedro Urraca sobre el primer interrogatorio de Lluís Companys en la prisión parisiense de La Santé, cuya dirección correspondía a la Gestapo. Urraca fue no sólo quien le detuvo, sino quien le interrogó en primera instancia, y quien le acompañó, junto con un oficial alemán, a la frontera con Irún.</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">¿Cómo era Pedro Urraca? ¿Cuál es el origen de este personaje? ¿Qué otras actividades realizó en Francia durante la guerra y con posterioridad? A falta de la documentación protegida, de Pedro Urraca Rendueles existe al menos una imagen fotográfica. La foto pertenece a una ficha del Ministerio de Exteriores. Es una pose de perfil; el rostro de un hombre de frente ancha, pelo corto cepillado hacia la nuca, mirada al frente y gesto relajado, seguro de sí mismo. En otros documentos consta su fecha de nacimiento (22 de febrero de 1904, en Valladolid). Están sin verificar datos anexos, como su trabajo en un banco antes de formar parte de la policía de la República, función que abandonó en fecha indeterminada para incorporarse al bando de Franco y trasladarse a Francia antes de acabar la guerra.</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">De sus funciones en Francia consta su cargo como "agregado policial" en la Embajada de España en París. Buena parte de sus actividades están documentadas; pero la pista se pierde, casi irremediablemente, meses antes de que Francia comience a ser liberada por los aliados. Es evidente que regresó a España (entre otras cuestiones, para evitar que se ejecutara su condena a muerte), pero se desconoce en qué otras actividades estuvo involucrado desde entonces. se sospecha que trabajó en Bruselas para la Embajada española durante los años sesenta; también pudo documentar las gestiones realizadas, ya en 1974, para que el expediente de Urraca fuera incorporado a los beneficiarios de la ley de amnistía promulgada por el Gobierno francés el 6 de agosto de 1953. Un último documento aparece en los archivos franceses el 5 de noviembre de 1982 referente a la concesión de un permiso para entrar en Francia que no podía exceder de los tres meses de estancia.</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Un policía francés del régimen de Vichy describió a Pedro Urraca en un informe como "un policía de gran clase, lleno de habilidades e incisivo, que nos ha sido de gran utilidad". Alguna otra referencia personal sobre Urraca (ésta procedente de un exiliado español) le describe como una persona que "maltrataba" el francés. Sea como fuere, el policía en cuestión tampoco desaprovechó el tiempo para enriquecerse. Residía en París y se apropió del piso de su vecina, una mujer de origen judío que había escapado de las garras de la Gestapo. Urraca actuaba para la Gestapo con el alias de Unamuno. También actuó para el régimen de Vichy.</span></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Este episodio consta en el expediente que determinó su condena a muerte en 1948. Otros españoles fueron igualmente condenados. ¿Quiénes? Quizá algunos colaboradores de Urraca: sus nombres están en los archivos policiales franceses.</span></div><br />
<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">El personaje ha salido a la luz. Fue un funcionario protegido durante décadas por el Estado español. Es posible que disfrutara de una cómoda jubilación. Nadie le molestó en su vejez. No ha estado obligado a escuchar preguntas incómodas. No parece justo que la España democrática deba esperar hasta 2021 para conocer respuestas sobre hechos sucedidos 80 años antes.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
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<span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">autor luis gomez</span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3521491270298215616.post-44629670477500962242011-07-31T22:47:00.000+02:002017-02-12T23:13:44.510+01:001939: Franco prohibió el catalán<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmHDalmzP7wqzRFM_DvXwVvCB_SvV6YAmfFlWPAC0L3rHru_J-kBHPS8LnEYCjGp2oWMe1du8cZvUDR0Vu_Yx14UGix6HqzqhM_Px4_HgaAhW6rHbMHl6DvMAFfD2AXLswg8YfHdgmipA/s1600/FRANCOPANCARTA.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="120" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmHDalmzP7wqzRFM_DvXwVvCB_SvV6YAmfFlWPAC0L3rHru_J-kBHPS8LnEYCjGp2oWMe1du8cZvUDR0Vu_Yx14UGix6HqzqhM_Px4_HgaAhW6rHbMHl6DvMAFfD2AXLswg8YfHdgmipA/s200/FRANCOPANCARTA.jpg" width="200" /></a></div>
«No es cierto que el catalán estuviera prohibido durante el franquismo. Lo que pasa es que no era oficial, se podía escribir en catalán y se podía publicar en catalán, pero no era oficial». Con estas declaraciones, vertidas a lo largo de una entrevista concedida al diario <i>El Mundo</i> el 20 de diciembre de 2009, la escritora catalana Mercedes Salisachs ha sido la última en corroborar públicamente lo que ya sabíamos los impermeabilizados contra la intoxicación informativa actual, quienes hemos vivido en aquellos años o leído sobre ellos.<br />
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<a name='more'></a><br />
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<div style="text-align: justify;">
El separatismo utiliza la mentira de la prohibición para explotar un victimismo tal que le sirva de escusa necesaria, de coartada en su actual persecución contra el idioma español en Cataluña.</div>
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<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinUVzUruwsUcyuKW3Fh21J3bPk6nwPJnAlMyGQbkrOpsqbMEAnuwt20i0TDJ0atlZ5b-e1KWIzpW1UiymP_gP3g_2eQMjKMGshgdCxg-Tme-Za2YdaGHweTaM8ARo19FP4p1nryBpSMD4/s1600/vanguardia30031969.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinUVzUruwsUcyuKW3Fh21J3bPk6nwPJnAlMyGQbkrOpsqbMEAnuwt20i0TDJ0atlZ5b-e1KWIzpW1UiymP_gP3g_2eQMjKMGshgdCxg-Tme-Za2YdaGHweTaM8ARo19FP4p1nryBpSMD4/s320/vanguardia30031969.jpg" width="182" /></a>En la edición del 30 de marzo de 1969 (en pleno franquismo) del diario barcelonés <i><a href="http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/1969/08/10/pagina-11/33571038/pdf.html">La Vanguardia</a>,</i> encontramos la noticia sobre una sentencia del Tribunal Supremo por la que se condenaba al periodista Nestor Luján, director del semanario <i>Destino,</i> a una pena de ocho meses de prisión y 10.000 pesetas de multa por haber publicado en la sección <i>Cartas al director</i> de su número 1.577, correspondiente al 28 de octubre de 1967, la misiva de un lector titulada <i>El catalán se acaba</i>. La sentencia del Supremo, que confirmaba en apelación una anterior del Tribunal de Orden Público, consideró probado que en dicha carta «se vertían conceptos de tipo ofensivo para la lengua catalana, cuyo libre uso particular y social se respeta y garantiza».</div>
<br />
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<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7yNIqU1-Z_zUsqnUPsQZmwDbnTDG3hx0oSa5a8_xJno2awoiNnyLgagLnmitWNLGHFjOMzqI06fEw4FAfPDAGYavYnBgxQEFquAToG2YGe7fwseVEdoGUtuVP147Sz4sprw_jqdPFuOc/s1600/vanguardia19061952.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7yNIqU1-Z_zUsqnUPsQZmwDbnTDG3hx0oSa5a8_xJno2awoiNnyLgagLnmitWNLGHFjOMzqI06fEw4FAfPDAGYavYnBgxQEFquAToG2YGe7fwseVEdoGUtuVP147Sz4sprw_jqdPFuOc/s1600/vanguardia19061952.jpg" /></a>Sin salir de la hemeroteca de ese periódico, en la página 7 de su <a href="http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/1928/12/21/pagina-7/32816277/pdf.html">edición</a> del 9 de junio del 19 de junio de 1952, puede observarse el anuncio de una editorial, Biblioteca Selecta, que oferta una colección de libros en catalán (<i>El vent de garbí,</i> de Josep Pla, <i>Coses vistes, Bodegó amb peixos, L'illa dels castanyers, Pa i raIm, Un senyor de Barcelona,</i> y <i>El carrer estret,</i> éste último Premio Joanot Martorell del año anterior).</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoWEMB6Jl7KG0THJrqoq70f541m3m3lHWKITC-Upohc9mz0tWqlUDOFNZhDLR5O6AOomtmfnrg71ZB4FnJEf32kjuqgmw5x6cG_2u2KyDO3Ld_kAZ2-6x1f5ELxrHtahuLfKrSFTiQxyM/s1600/vaNGUARDIA24061960.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoWEMB6Jl7KG0THJrqoq70f541m3m3lHWKITC-Upohc9mz0tWqlUDOFNZhDLR5O6AOomtmfnrg71ZB4FnJEf32kjuqgmw5x6cG_2u2KyDO3Ld_kAZ2-6x1f5ELxrHtahuLfKrSFTiQxyM/s320/vaNGUARDIA24061960.jpg" width="187" /></a>El 24 de junio de 1960, <i><a href="http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/1960/06/24/pagina-29/32730900/pdf.html?search=san%20jordi">La Vanguardia</a></i> comunicaba la convocatoria del premio Sant Jordi de novela, a cuyo importe de 150.000 pesetas podían optar todas aquellas obras «inéditas y originales, escritas en lengua catalana, de una extensión no inferior a 250 hojas holandesas (21X27), mecanografiadas a doble interlínea y escritas por una sola cara, con un margen de 3 centímetros».</div>
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Y es que, durante el anterior régimen, la producción literaria en catalán no sólo no estuvo perseguida, sino que fue fecunda. La siguiente es una relación de galardones concedidos a escritores en dicha lengua:</div>
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<b>Premio de Honor de las Letras Catalanas</b><br />
◦ 1969 Jordi Rubió i Balaguer (historiógrafo y bibliólogo).<br />
◦ 1970 Joan Oliver (Pere Quart, escritor).<br />
◦ 1971 Francesc de Borja Moll i Casasnovas (filólogo y editor).<br />
◦ 1972 Salvador Espriu i Castelló (escritor).<br />
◦ 1973 Josep Vicenç Foix (escritor).<br />
◦ 1974 Manuel Sanchis i Guarner (filólogo e historiador).<br />
◦ 1975 Joan Fuster i Ortells (escritor).</blockquote>
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<b>Premio Joaquim Ruyra de narrativa juvenil</b><br />
◦ 1963 Josep Vallverdú, por <i>L'abisme de Pyramos.</i><br />
◦ 1964 Carles Macià, por <i>Un paracaigudista sobre la Vall Ferrera.</i><br />
◦ 1965 Desierto.<br />
◦ 1966 Robert Saladrigas, por <i>Entre juliol i setembre.</i><br />
◦ 1967 Emili Teixidor, por <i>Les rates malaltes.</i></blockquote>
<blockquote>
<b>Premio Josep Pla</b><br />
◦ 1968 Terenci Moix, por <i>Onades sobre una roca deserta.</i><br />
◦ 1969 Baltasar Porcel, por <i>Difunts sota els ametllers en flor.</i><br />
◦ 1970 Teresa Pàmies, por <i>El testament de Praga.</i><br />
◦ 1971 Gabriel Janer, por <i>Els alicorns.</i><br />
◦ 1972 Alexandre Cirici, por <i>El temps barrat.</i><br />
◦ 1973 Llorenç Villalonga, por <i>Andrea Victrix.</i><br />
◦ 1974 Marià Manent, por <i>El vel de Maia.</i><br />
◦ 1975 Enric Jardí, por <i>Historia del cercle artistic de Sant Lluc.</i></blockquote>
<blockquote>
<b>Premio Prudenci Bertrana</b><br />
◦ 1968 Manuel de Pedrolo, por <i>Estat d'excepció.</i><br />
◦ 1969 Avel•lí Artís-Gener, por <i>Prohibida l'evasió.</i><br />
◦ 1970 Vicenç Riera Llorca, por <i>Amb permís de l'enterramorts.</i><br />
◦ 1971 Terenci Moix, por <i>Siro o la increada consciència de la raça.</i><br />
◦ 1972 Oriol Pi de Cabanyes, por <i>Oferiu flors als rebels que fracassaren.</i><br />
◦ 1973 Biel Mesquida, por <i>L'adolescent de sal.</i><br />
◦ 1974 Desierto.<br />
◦ 1975 Baltasar Porcel, por <i>Cavalls cap a la fosca.</i></blockquote>
<blockquote>
<b>Premio Lletra d'Or</b><br />
◦ 1956 Salvador Espriu, por <i>Final del laberint.</i><br />
◦ 1957 Josep Pla, por <i>Barcelona.</i><br />
◦ 1958 Josep Carner, por <i>Absència.</i><br />
◦ 1959 Ramon d'Abadal, por <i>Els primers comtes catalans.</i><br />
◦ 1960 Clementina Arderiu, por <i>És a dir.</i><br />
◦ 1961 Josep Vicenç Foix, por <i>Onze Nadals i un Cap d'Any.</i><br />
◦ 1962 Joan Oliver (Pere Quart), por <i>Vacances pagades.</i><br />
◦ 1963 Joan Fuster, por <i>Nosaltres els valencians.</i><br />
◦ 1964 Josep Benet, por <i>Maragall i la Setmana Tràgica.</i><br />
◦ 1965 Jordi Rubió, por <i>La cultura catalana, del Renaixement a la Decadència.</i><br />
◦ 1966 Manuel de Pedrolo, por <i>Cendra per Martina.</i><br />
◦ 1967 Gabriel Ferrater, por <i>Teoria dels cossos.</i><br />
◦ 1968 Marià Manent, por <i>Com un núvol lleuger.</i><br />
◦ 1969 Xavier Rubert de Ventós, por <i>Teoria de la sensibilitat.</i><br />
◦ 1970 Joan Teixidor, por <i>Quan tot es trenca.</i><br />
◦ 1971 Alexandre Cirici, por <i>L'art català contemporani.</i><br />
◦ 1972 Joan Coromines, por <i>Lleures i converses d'un filòleg.</i><br />
◦ 1973 Maurici Serrahima, por <i>Del passat quan era present.</i><br />
◦ 1974 Joan Vinyoli, por <i>I encara les paraules.</i><br />
◦ 1975 Vicent Andrés Estellés, por <i>Les pedres de l'àmfora.</i></blockquote>
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<b>Premio Mercè Rodoreda de cuentos y narraciones</b><br />
◦ 1953 Jordi Sarsanedas, por <i>Mites.</i><br />
◦ 1954 Pere Calders, por <i>Cròniques de la veritat oculta.</i><br />
◦ 1955 Lluís Ferran de Pol, por <i>La ciutat i el tròpic.</i><br />
◦ 1956 Manuel de Pedrolo, por <i>Crèdits humans.</i><br />
◦ 1957 Mercè Rodoreda, por <i>Vint-i-dos contes.</i><br />
◦ 1958 Josep Maria Espinàs, por <i>Varietés.</i><br />
◦ 1959 Josep A. Boixaderas, por <i>Perquè no.</i><br />
◦ 1960 Ramon Folch i Camarasa, por <i>Sala d'espera.</i><br />
◦ 1961 Estanislau Torres, por <i>La Xera.</i><br />
◦ 1962 Jordi Maluquer, por <i>Pol•len.</i><br />
◦ 1963 Carles Macià, por <i>La nostra terra de cada dia.</i><br />
◦ 1964 Joaquim Carbó, por <i>Solucions provisionals.</i><br />
◦ 1965 Víctor Mora, por <i>El cafè dels homes tristos.</i><br />
◦ 1966 Guillem Viladot, por <i>La gent i el vent.</i><br />
◦ 1967 Terenci Moix, por <i>La torre dels vicis capitals.</i><br />
◦ 1968 Jaume Vidal Alcover, por <i>Les quatre llunes.</i><br />
◦ 1969 Robert Saladrigas, por <i>Boires.</i><br />
◦ 1970 Montserrat Roig, por <i>Molta roba i poc sabó.</i><br />
◦ 1971 Gabriel Janer Manila, por <i>El cementiri de les roses.</i><br />
◦ 1972 Josep Albanell, por <i>Les parets de l'insomni.</i><br />
◦ 1973 Jaume Cabré, por <i>Atrafegada calor.</i><br />
◦ 1974 Beatriu Civera, por <i>Vides alienes.</i><br />
◦ 1975 Xavier Romeu, por <i>La mort en punt.</i></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Al respecto, el profesor italiano de la Universidad de Barcelona, Giuseppe Grilli, ha declarado: «La literatura catalana vivió su mejor momento durante el franquismo, la nueva hornada debería tomar ejemplo». (<a href="http://www.abc.es/hemeroteca/historico-18-12-2008/abc/Valencia/la-leyenda-negra-del-catalan_911963674079.html">ABC</a>, 18-12-2008).</div>
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<div style="text-align: justify;">
Otros hechos relevantes relacionados con la lengua son:</div>
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1942. Aparece el libro <i>Rosa mística,</i> de Mossén Camil Geis, editado en Sabadell e impreso por Joan Sallent en catalán.</blockquote>
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1944. Desde ese año, se hace obligatorio por ley que las universidades con Filología románica incluyan la asignatura de Filología catalana. Un decreto sobre la ordenación de la facultad de Filosofía y Letras, firmado por Franco con fecha del 7 de julio, introduce tres horas semanales de Filología Catalana en la Universidad de Granada. Josep Vergés, fundador de <i>Destino</i> en 1939 junto con Ignacio Agustí y el poeta Joan Teixidor, establecen el 6 de enero de 1944 el premio Eugenio Nadal que daba a conocer a la joven Carmen Laforet y a su novela <i>Nada.</i> El galardón descubrió a narradores tan importantes como Miguel Delibes, Ana María Matute, Rafael Sánchez Ferlosio o Carmen Martín Gaite.</blockquote>
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1945. Con apoyo y subvención del Gobierno, se celebra el centenario de Mossén Cinto Verdaguer.</blockquote>
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1947. Se otorga el premio Joan Martorell para novela en catalán. Son premiados Celia Suñol, por su novela <i>Primera Part,</i> y <i>El cel no és transparent,</i> de María Aurelia de Campmany. Se crea el premio Ciudad de Barcelona.</blockquote>
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1949. Para narraciones cortas se crea en la Casa del Libro el premio Víctor Català, así como los premios Aedos para biografías, Josep Ysart para ensayos y el Ossa Menor que ideó el gallego-catalán José Pedreira, que se cambió luego el nombre por el de Carles Riba a la muerte de éste, en su honor.</blockquote>
<blockquote>
1951. Se otorga un premio a la poesía en catalán con la misma cuantía económica que a la española. Posteriormente el premio se amplia a otras actividades culturales, como teatro y bellas artes. José Mª Cruzet funda Ediciones Selecta para obras escritas en catalán. En colaboración con Aymà concede el Joanot Martorell al insigne veterano de la pluma Josep Pla por su creación <i>El carrer estret.</i></blockquote>
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1952. En la visita de Franco a Cataluña, en el mes de junio, se inaugura la cátedra Milà i Fontanals para el estudio científico de la lengua catalana.</blockquote>
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1955. El poeta y escritor José Mª de Sagarra recibe la orden de Alfonso X el Sabio con ocasión de la publicación de su obra en catalán titulada <i>Memories.</i></blockquote>
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1956. Nace el premio Lletra d'Or, sin recompensa económica y tiene como galardón una “F” de oro, con la que se distingue al mejor libro del año anterior escrito en catalán. El primero en recibirla fue Salvador Espriu, por <i>Final de Laberint.</i></blockquote>
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1959. Los premios barceloneses Crítica se incorporan a la producción en catalán.</blockquote>
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1960. El Centro de Lecturas de Valls, inicia un curso de lengua y literatura catalana de carácter público. En Barcelona se crea el premio Sant Jordi para novela, dotado con 150.000 pesetas, cantidad análoga, intencionadamente, a la del Nadal. Con subvención del Gobierno se celebra el centenario del poeta Joan Maragall.</blockquote>
<blockquote>
1965. El gran poeta y canónigo de la catedral tarraconense, don Miguel Melendres, edita su obra <i>L'esposa de l'anyell,</i> un poema en catalán de doce mil versos. Encuadernado en rica piel blanca, lo lleva el Arzobispo de Tarragona, doctor Arriba y Castro, al Papa Pablo VI, que recibe complacido esta singular muestra de la lengua catalana que le llega de España. El Ateneo Barcelonés monta un curso de Filología Catalana. A los Premios Nacionales de Literatura, se le añade el Verdaguer para producción en catalán.</blockquote>
<blockquote>
1966. Barcelona rinde homenaje a su ilustre hijo Maragall, en el que intervienen Gregorio Marañón, Pere Roig, José Mª Pemán y Ruiz Jiménez. En los jardines que llevan el nombre del poeta, en Montjuic, se le eleva un busto. Radio Tarragona organiza a través de sus antenas unos cursos de catalán con profesores especializados.</blockquote>
<blockquote>
1967. La Diputación de Lérida dota una cátedra de Lengua catalana. La Diputación de Barcelona acuerda dar cursos de catalán en todos los centros culturales dependientes de la corporación y fundar la cátedra de Lengua Catalana en la Facultad de Teología de San Cugat (Barcelona).</blockquote>
<blockquote>
1968. Editorial Destino completa el Nadal con el nuevo premio Josep Plà, concedido a <i>Onades sobre una roca deserta, </i>de Terenci Moix. En la lista de quienes lograron este galardón figura lo más florido de la narrativa catalana: Baltasar Porcel, Teresa Pàmies, Cirici Pellicer, Marià Manén, Enric Jardí, Llorenç Villalonga, Jaume Miravilles o Jordi Sarsaneda. En Gerona se otorga por primera vez el premio Prudenci Bertrana</blockquote>
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1969. Nace el Premi d'Honor a les Lletres Catalanes, destinado a la consagración de escritores noveles.</blockquote>
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1970. Comienza la publicación de la Enciclopedia Catalana.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO9XRgAE7_25FufE4lb3mVz658EHcbBjnoref9gwCrSkhCRjrD_cwEovFfiS8Sy2KGwZKAdK4zJ1Sw1wczi_EqKJka1mVeeySqgPLHJS_dbEvAz4UDl14agjGm4CoOVcg52F3J-fm2yd8/s1600/vanguardia03061944.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="136" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO9XRgAE7_25FufE4lb3mVz658EHcbBjnoref9gwCrSkhCRjrD_cwEovFfiS8Sy2KGwZKAdK4zJ1Sw1wczi_EqKJka1mVeeySqgPLHJS_dbEvAz4UDl14agjGm4CoOVcg52F3J-fm2yd8/s200/vanguardia03061944.jpg" width="200" /></a></div>
En el panorama teatral también podemos comprobar cómo, por ejemplo, la sección de espectáculos de <i><a href="http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/1944/05/28/pagina-10/33120296/pdf.html">La Vanguardia</a></i> del 3 de junio de 1944, anuncia la representación de tres obras en catalán en el Palacio de la Música: <i>La nena donada al blau, El ram de primavera</i> y <i>La Filoseta.</i></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBmQVbtdq5RdGBwLWcHLqEMLejn_59xS_CBNKRi7fvWVIvRJDiU3svjiIvYDcxrqGhB7OOGz4eHbvLFtYIuDZFNtaWOblnMRKdkaBfo7_GAnckcaKPYCyDe4rh10WOT6Wh5NMO_UYFv3k/s1600/vanguardia15021952.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="146" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBmQVbtdq5RdGBwLWcHLqEMLejn_59xS_CBNKRi7fvWVIvRJDiU3svjiIvYDcxrqGhB7OOGz4eHbvLFtYIuDZFNtaWOblnMRKdkaBfo7_GAnckcaKPYCyDe4rh10WOT6Wh5NMO_UYFv3k/s200/vanguardia15021952.jpg" width="200" /></a>O que los ejemplares del 15 de febrero de 1952 de dicho <a href="http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/1952/02/13/pagina-4/32806576/pdf.html">periódico</a> daban cuenta del estreno, a las diez y media, de <i>L'alcoba vermella</i> (de José María de Sagarra) en el Romea. Mismo teatro que programaba en su sesión infantil de la tarde otra obra, también en catalán, <i>El rei que no reia.</i></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ01jtHuhfKpSY49hoCovF2GXUexhDhMsbhWGaloHJDE8uwYrafgZWgl7crno1ZTpeTqt5SZrKmFJC-PFCvZB16BM3bT7BF38JZcrYIeHmfXLlFmBNBynjppUhK-2NhZ1eBBI23H69Y7w/s1600/vanguardia24091963.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ01jtHuhfKpSY49hoCovF2GXUexhDhMsbhWGaloHJDE8uwYrafgZWgl7crno1ZTpeTqt5SZrKmFJC-PFCvZB16BM3bT7BF38JZcrYIeHmfXLlFmBNBynjppUhK-2NhZ1eBBI23H69Y7w/s1600/vanguardia24091963.jpg" /></a></div>
El sector musical vio nacer, durante la década de 1950, el fenómeno de la <i>Nova Cançó</i> (Nueva Canción) con autores que graban una extensa discografía en catalán, como Lluís Llach, Quico Pi de la Serra, Guillermina Motta, Ovidi Montllor, La Trinca, Núria Feliu y Joan Manuel Serrat; Maria del Mar Bonet en mallorquín; y Raimon en valenciano. En septiembre de 1963, una todavía desconocida cantante que comenzaba, <a href="http://4.bp.blogspot.com/_j1oJ486YrCI/S9zaiBMRKgI/AAAAAAAAAV4/fsl2DvefLEI/s1600/Disco_Salome.jpg">Salomé</a>, <a href="http://www.youtube.com/watch?v=1hR5LuWdtxY&feature=player_embedded">ganó</a> el 5º Festival de la Canción Mediterránea (<i><a href="http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/1963/09/24/pagina-20/32670632/pdf.html?search=Se">La Vanguardia</a></i>, 24-9-1963), celebrado en Barcelona, con la melodía en catalán <i>Se'n va anar</i> (Se fue), que compusieron dos autores provenientes de la Nova Cançó<i>,</i> Lleó Borrell y Josep Maria Andreu.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0jg-XtbdNRpD2C8Kome0zHyca5b-tqR_fvHGGOqJfELATbr5u-vYGJEKSgIWUhK3eiOkxy7rkKMmypbEHAlMoLo38wsJWEDC4ulrgiOSMoiBqsBCwbB3sTwnJ48NYY_5DLS24YOtzyLY/s1600/Cartel_25_a%C3%B1os_paz_1964.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5500175297892790354" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0jg-XtbdNRpD2C8Kome0zHyca5b-tqR_fvHGGOqJfELATbr5u-vYGJEKSgIWUhK3eiOkxy7rkKMmypbEHAlMoLo38wsJWEDC4ulrgiOSMoiBqsBCwbB3sTwnJ48NYY_5DLS24YOtzyLY/s320/Cartel_25_a%C3%B1os_paz_1964.jpg" style="display: block; height: 193px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 227px;" /></a><br />
Poco tiempo después, en las navidades de 1964, el Ministerio de Información y Turismo Promovió una <a href="http://www.elmundo.es/ladh/numero67/paz.html">macrocampaña</a> propagandística para conmemorar los veinticinco años de paz en España desde el final de la Guerra Civil. Enormes <a href="http://3.bp.blogspot.com/_j1oJ486YrCI/S9zQNlR-nmI/AAAAAAAAAVk/OSZY0R6yhFI/s1600/Cartel_25_a%C3%B1os_paz_1964.jpg">carteles</a> fueron instalados por toda la geografía nacional en castellano, catalán y vascuence.<br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/915EkZ2kq6o" title="YouTube video player" width="480"></iframe><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/Dxp5U8QSOcE" title="YouTube video player" width="480"></iframe><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/-Bw60y2PvSI" title="YouTube video player" width="480"></iframe><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/SfuwfjEY1mU" title="YouTube video player" width="480"></iframe><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/h6da-yrtBIY" title="YouTube video player" width="480"></iframe><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/qu4ptRr4csM" title="YouTube video player" width="480"></iframe><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/Wpsg_BBujL0" title="YouTube video player" width="480"></iframe>Unknownnoreply@blogger.com34tag:blogger.com,1999:blog-3521491270298215616.post-6595264010563152082011-05-08T00:09:00.002+02:002017-02-12T23:13:44.533+01:001975: la Transicion española<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEharT-x6h_n-F_Cx8h-ct_LJEu1pIkyhE-U1aquJhj-O8ldPMsocxkJJN6qG8LIqP1FzOmYGwmDJjwVc02kuLB4R2wdfwh2iODU3poe4uNbwMFauNXuKRmNtRV26mD0M1lzZ20t8AvYwx4/s1600/transicion1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="307" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEharT-x6h_n-F_Cx8h-ct_LJEu1pIkyhE-U1aquJhj-O8ldPMsocxkJJN6qG8LIqP1FzOmYGwmDJjwVc02kuLB4R2wdfwh2iODU3poe4uNbwMFauNXuKRmNtRV26mD0M1lzZ20t8AvYwx4/s320/transicion1.jpg" width="320" /></a></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Después de Franco, ¿qué?<br />
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Después de la larga noche de la dictadura, España amaneció al claro sol de la monarquía constitucional. <br />
<br />
Alguien que no le traicione la memoria puede decir como fue posible «¡Pero si en España no había monárquicos...!» y es que los chicos de izquierdas Carrillo, Tierno Galván, Felipe González y todas sus crispadas cohortes llevaban cuarenta años asegurando que proclamarían la república en cuanto Franco faltara, lo que parecía fácil en un país donde prácticamente no había monárquicos. <br />
<br />
Los menos radicales creían que, por lo menos,había que organizar un referéndum para que el pueblo decidiese qué forma de gobierno quería, si república o monarquía. </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Unos y otros pregonaban, que la monarquía es una institución arcaica incompatible con el verdadero espíritu democrático, puesto que presupone la existencia de una familia, la estirpe real, cuyos miembros, sin más mérito que el privilegio que les otorga su nacimiento, ocupan la máxima magistratura de la nación y viven como príncipes a costa de los presupuestos del Estado. <br />
<br />
Por lo tanto, exigían que, a la muerte de Franco, se constituyera un gobierno provisional, capaz de dirigir, sin manipulaciones, con luz y taquígrafos, el proceso constituyente democrático y de garantizar elecciones libres. <br />
<br />
No hubo tal, claro, sino un gobierno continuista, prolongación de los sucesivos gobiernos de Franco, cuya legitimidad manaba del histórico golpe de Estado o alzamiento.<br />
<br />
Franco había asegurado que lo dejaba todo atado y bien atado. Lo dejó. Era monárquico y dejó a un rey en el poder (aunque, conculcando la Ley de Sucesión para castigar al legítimo heredero por no haberle guardado el respeto debido). <br />
<br />
Lo que Franco ató no lo ha desatado la democracia. Él, había maquillado su régimen, una dictadura militar, llamándola democracia orgánica.<br />
<br />
El régimen que lo sucedió, anudado a la dictadura, fruto de unas instituciones que no podían otorgar una legitimidad de la que ellas mismas carecían, es continuación de aquél, aunque ya equiparado, o casi, a las democracias occidentales en lo que a libertades formales se refiere.<br />
<br />
Con el dictador todavía de cuerpo presente, su sucesor juró en las Cortes lealtad a los principios del Movimiento Nacional y a las Leyes Fundamentales del Reino. Esto lo legitimaba ante el aparato de la dictadura, pero su verdadera legitimidad, la democrática, la recibió en los días siguientes, cuando presidentes y vicepresidentes del mundo libre (norteamericanos, alemanes, franceses...) respaldaron, con su presencia, la monarquía instaurada en el sucesor de Franco.<br />
<br />
Todo estaba previsto. No hubo vuelta de tortilla, ni ajuste de cuentas como unos esperaban y otros temían. Tampoco hubo un referéndum para que el pueblo español decidiera si quería monarquía o república. </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
Ya se lo dieron escogido personas más "preparadas, que sabían mejor lo que le convenía".<br />
<br />
Hubo, sencillamente, transición y retorno al espectáculo democrático de la mano de unos políticos que querían labrarse un porvenir.<br />
<br />
Políticos los había de dos clases: los franquistas, que habían hecho carrera en el régimen, y que concentraban en sus manos todo el poder, y frente a ellos, los liberales o demócratas, es decir, la oposición, los recién salidos de la clandestinidad. <br />
<br />
De un lado, los que compusieron semblantes pesarosos en el funeral del dictador; del otro, los que agotaron las reservas de champán el día de su muerte. <br />
<br />
Aquellos chicos de izquierdas, los de la trenca, las camisas de franela de cuadros y la actitud contestataria, y aquellos señores adustos, que llegaban del exilio soviético con trajes mal cortados y abrigos de cachemir, tenían dos cosas en común: estaban impacientes por mandar y enarbolaban una bandera republicana, con su franja inferior morada y su escudo nacional adornado con corona mural.<br />
<br />
Derechas e izquierdas. Sólo extremos, nada de centro; se habían erigido en bandos irreconciliables durante los cuarenta años de la dictadura. <br />
<br />
¿Iban ahora a enfrentarse por el poder, los unos por conservarlo y los otros por conquistarlo?<br />
<br />
El pueblo español contuvo la respiración. Nadie quería líos, pero el espectro de la guerra civil planeaba sobre la helada incertidumbre del futuro.Pero surgió un tercer grupo, al que llamaremos el Gran Hermano Occidental,o Gran Hermano a secas, que iba a poner paz y concordia a la chita callando y que, desde detrás de las bambalinas, iba a mover los hilos, para que al final todas las marionetas, rojas o azules, se abrazaran en amor y concordia, el grupo de los intereses creados. <br />
<br />
No eran exactamente políticos, pero tenían cierta experiencia como manipuladores de la política, no sólo en países de medio pelo. A los americanos, a la banca y a las multinacionales les interesaba que España viviera una transición pacífica. Este grupo estaba destinado a ser el verdadero motor de la transición.La defensa de sus intereses explica que todo fuera como una malva. <br />
<br />
Debemos estarles eternamente agradecidos.Como las operaciones complejas no se improvisan y tienen más resortes y relojitos que, un avión, la transición había empezado mucho antes de morir Franco.<br />
<br />
El Gran Hermano,había llamado a capítulo a los principales aspirantes. «¿Queréis mandar?», preguntó a los rojos.«¡Síííí...!», respondieron ellos al unísono. «Y vosotros preguntó a los azules— ¿queréis seguir mandando?» La respuesta fue igualmente afirmativa. «Pues bien, entonces os vais a dejar de ideologías irrenunciables y os vais a poner de acuerdo para compartir el pastel porque al que saque los pies del plato lo voy a descantillar [o el que se mueva <br />
no sale en la foto, como diría Alfonso Guerra].» </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">«La democracia en España es inevitable —razonó el Gran Hermano—, porque es la mejor vacuna contra el comunismo y las revoluciones incontroladas,y España pertenece al rebaño democrático de Occidente, así que más vale que os pongáis de acuerdo y os consensuéis en alumbrarla discreta y eficazmente.»—Y eso, ¿cómo se hace?—preguntaron a coro.—Muy fácil —respondio Gran Hermano: Los de siempre les vais a abrir un hueco a los nuevos, y los nuevos, a cambio, os vais a olvidar de agravios pasados. Pelillos a la mar: a partir de hoy, todos demócratas y todos monárquicos.<br />
<br />
Los americanos, con ayuda de los socialistas alemanes, diseñaron un plan para asegurarse de que España se mantuviera en el lado político correcto, es decir, bajo la propicia sombrilla del capitalismo occidental. Que no sufra la oligarquía, que nadie perturbe el pesebre nutricio de la banca y las multinacionales,alejemos el peligro de un posible escoramiento hacia la izquierda. <br />
<br />
Se trataba de establecer una transición democrática que dejara el país en manos de dos partidos, uno de centro—derecha y otro de centro—izquierda. El de centro—derecha saldría de la propia evolución del régimen; el de centro—izquierda tendría que salir de los socialistas, para lo cual, lógicamente, habría que domesticarlos. Ya había ciertos precedentes de la época de Primo de Rivera. Y Franco estaba sustancialmente de acuerdo con ese plan.<br />
<br />
Las definitivas bendiciones del padrino americano a la fórmula monárquica las obtendría el nuevo Rey en junio de 1976, cuando viajó a Estados Unidos para explicar sus proyectos en el Capitolio, ante el Congreso y el Senado de Estados Unidos.<br />
<br />
La monarquía podía considerarse completamente arraigada en España. Después de la visita del Rey a Estados Unidos, de pronto, ocurrió el portento: desaparecieron las banderas republicanas de las manifestaciones, desaparecieron las alusiones republicanas de los discursos y de los programas de los partidos progresistas, y España se despertó monárquica.<br />
<br />
En el acoplamiento del antiguo régimen con el nuevo, Felipe González, sin duda uno de los mayores talentos políticos de nuestro siglo, Puso el pegamento. Hombre de orden, procedente del sector católico, supo ver con extraordinaria claridad que el futuro del país, y, más particularmente, el de los políticos de la oposición y el suyo propio, estaba en la continuidad. <br />
<br />
Felipe González escaló la jefatura del PSOE cuando el partido, se había reducido a una débil sombra en el páramo franquista. Esto fue en el congreso de Suresnes, en 1974. <br />
<br />
Unos días después, recibió una visita del Gran Hermano en forma de emisarios del franquismo, con los que llegó a un acuerdo. Por su parte, se comprometía a no aliarse con los comunistas, a dejarse de veleidades republicanas y a acatar al Rey impuesto por Franco. No contó, lógicamente, con la opinión del partido, ni siquiera con la de su mano derecha, Alfonso Guerra, que todavía andaba de extremista de trenca, pelo largo y gesto hosco. Después de este pacto, Felipe se desmarcó del conjunto de la oposición. <br />
<br />
La izquierda,ignorante de la maniobra ,recibió el torpedo por donde menos lo esperaba, porque la realineación dejaba en mantillas y fuera de juego incluso al eurocomunismo de Carrillo. Después del impacto, la izquierda quedó irremediablemente tocada de ala (y ya,las cosas como son, nunca ha vuelto a ser la misma, especialmente después de que el huracán de la historia dejara en pelotas, y con las desaseadas vergüenzas al aire, a la URSS, a China y a Cuba).<br />
<br />
Cuando vieron que Felipe se pasaba al enemigo , los líderes de la izquierda en otras formaciones políticas temieron por sus garbanzos y se precipitaron a imitarlo. Después de toda una vida predicando el evangelio republicano, en cuanto atisbaron el señuelo de la prebenda, el banco parlamentario, el sueldo, las dietas, la secretaria de muslos poderosos y el coche oficial, se hicieron monárquicos de toda la vida y perdieron el culo por verse incluidos en las negociaciones con el gobierno.<br />
<br />
¿Y el barco de la renovación? ¿Y el hermoso proyecto con tanto mimo transmitido a través de los cuarenta años de exilio o dura travesía en el páramo franquista? Hasta las ratas abandonaron aquel proyecto que se iba a pique. <br />
<br />
Allá quedó, desamparado y a la deriva, vencido antes de entrar en combate, con su carga de promesas de transformación social y política sin desembalar, con el leninismo de Carrillo y el marxismo de Felipe metidos todavía en su papel de celofán y con la bandera tricolor colgando fláccida del mástil.<br />
<br />
Vayamos a los hechos y sigamos más menudamente la moviola desde 1974.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"> Los buitres del rojerío,que perchaban con la boca hecha agua sobre el franquismo agonizante, aguardando la muerte del dictador,crearon la Junta Democrática, presidida por Santiago Carrillo, extraña jaula de grillos donde cohabitaban el Partido Comunista, el Partido Socialista Popular de Tierno Galván, el Partido del Trabajo, de izquierda radical, y Comisiones Obreras: prácticamente toda la oposición al franquismo, con la notable excepción del PSOE,porque, por los motivos arriba expuestos, Felipe, flamante patrón de la nave socialista, escondía en la manga el as de la complicidad y la tolerancia franquista. <br />
<br />
Vean si no: a raíz de lo de Suresnes (estamos en 1974 y vive Franco todavía), en el diario gubernamental Pueblo,en la sección «La Colmena», que publicaba Pedro Rodríguez, aparecía el nombramiento del joven Isidoro en el congreso socialista. <br />
La noticia ponía a Felipe González a los pies de los caballos del fiscal general del Estado. ¿Recibió la policía orden de detenerlo en cuanto cruzara la frontera? Nada de eso; más bien, todo lo contrario. De las alturas del poder llegó un inesperado tirón de orejas a Emilio Romero, director del periódico, para que Pueblo dejara en paz al joven Isidoro. <br />
<br />
A partir de este punto, sólo cupieron elogios para el joven cachorro socialista.Prosiguiendo con su plan, Felipe no sólo se desmarcó del resto de las fuerzas de izquierda, sino que fundó, por su cuenta, un año después, la Plataforma de Convergencia Democrática.Ya no había una izquierda, si no dos. Los políticos franquistas respiraron tranquilos: no habría ajustes de cuentas, si no continuismo bajo la forma de una monarquía que heredaría a Franco y se apoyaría en cuatro pilares firmes: ejército, Iglesia, prensa y partidos políticos (este último en sustitución del Movimiento).<br />
<br />
El viejo truco de cambiar lo accesorio para que no cambiara lo fundamental requería, no obstante,una mano firme y hábil. La persona escogida por las altas instancias que manejaban los hilos de la política nacional fue Torcuato Fernández Miranda, antiguo preceptor del príncipe y preclaro cerebro atestiguado a lo largo de una larga y brillante carrera política. <br />
<br />
A Fernández Miranda lo nombraron presidente de las Cortes en el delicado momento de la apertura política. Al mismo tiempo, apaciguaron a la derecha más irracional y ultramontana, confirmando en su puesto al presidente del gobierno designado por Franco: Arias Navarro.<br />
<br />
Arias Navarro formó gobierno continuista (con algunos adornos de aperturistas prudentes) y maquilló su actuación concediendo cierta libertad a la oposición política.No obstante,como al que algo quiere, algo le cuesta, los viejos tiburones del franquismo, que optaron por prolongar su singladura en la era democrática, tuvieron que someterse a un proceso de blanqueo y cirugía, y se disfrazaron de simpáticos delfines. <br />
<br />
Torcuato Fernández Miranda, Alfonso Armada, Fraga Iribarne de pronto, convertido en político liberal y democrático, después de su paso por la embajada de Londres, Sabino Fernández...El propio monarca, que también había crecido a la sombra del dictador, recibió el marchamo democrático, especialmente a partir del 23 de febrero de 1981,en el frustrado golpe de Estado, cuyos misterios todavía están por aclarar.<br />
<br />
El día de marras, al filo de la medianoche, el general Armada llegó al Congreso, se encerró en un despacho con Tejero, el teniente coronel de la Guardia Civil que comandaba las fuerzas que habían secuestrado el congreso, e intentó convencerlo para que le permitiera proponer a los diputados la formación de un gobierno de salvación nacional presidido por él mismo. <br />
<br />
Tejero titubeaba. Armada le mostró la lista de ministros ¿pactada anteriormente con los diferentes partidos?, pero Tejero, al leer los nombres de Solé Tura (comunista) y de Enrique Múgica (socialista), se inflamó en santa cólera, «que para esto no hemos hecho una guerra ni estamos dando el presente golpe, para admitir rojos y masonazos en el gobierno». Armada, comprendiendo que era inútil razonar con aquella mula, se guardó la lista y regresó a la calle,cari acontecido. <br />
<br />
Sólo entonces, a los quince minutos del fracasado trapicheo, se emitió, por fin, el vídeo en el que el Rey condenaba la acción de Tejero. En aquella dramática alocución, Don Juan Carlos, serio y sin maquillar, compareció de uniforme, con todas sus condecoraciones, para asegurar que la corona estaba con la democracia. <br />
<br />
La tardanza en anunciarlo, según explicaría después un portavoz, se debió a causas técnicas, pues, en la confusión del momento, no fue fácil reunir el equipo necesario.Después se ha sabido que «el Rey, por presiones de varios capitanes generales, aplazó su discurso a la nación. <br />
<br />
En este periodo no se prohibió que Armada pudiera acudir al Congreso y proponer su gobierno de salvación». Se ha sabido también que entre la clase política estaba muy arraigada «la solución Armada»;y que el general Armada, «con distintas excusas, acudía en los últimos meses a visitar al monarca» .</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Tras el susto, la situación se normalizó.Las biografías de los padres de la patria sospechosos de añorar tiempos pasados también se normalizaron. Todos habían sido demócratas de toda la vida, lo que ocurre es que durante el franquismo tuvieron que disimular y templar gaitas, y ello incluía jurar los Principios Fundamentales del Movimiento, vestir el uniforme de la Falange, y todo eso. </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Sólo muchos años después se ha desvelado que Franco gobernó durante cuarenta años rodeado de demócratas expectantes y de monárquicos de toda la vida.<br />
<br />
¿Y los políticos de izquierda?<br />
<br />
También ellos experimentaron su emotivo y particular camino de Damasco. Durante la larga travesía del franquismo, habían vivido de sus retóricas, y hasta se las habían creído, pero cuando los acontecimientos los trasplantaron bruscamente al centro del ruedo nacional advirtieron su terrible carencia: no contaban con unas mínimas bases organizadas. <br />
<br />
Los partidos de izquierda eran sus dirigentes y una claque entusiasta y distante; el resto del teatro estaba vacío. Sus posibles espectadores no tenían tradición alguna;educados en el conformismo y el miedo, no sabían para dónde mirar ni en qué creer. <br />
<br />
Sólo una minoría compraba los textos de El Ruedo Ibérico y los catecismos de una editorial oportunista con títulos tan reveladores como ¿Qué es socialismo? ¿Qué es democracia? ¿Qué son los partidos políticos? ¿Qué es el sindicato? <br />
<br />
Ante la cruel realidad , los políticos profesionales surgidos del frío de la oposición podían arriesgarse a animar el cotarro desde dentro, lo que requeriría tiempo y esfuerzo, para llegar a alcanzar unos resultados imprevisibles. Pero si tomaban esa vía se arriesgaban a que otros líderes más capaces los desplazaran en sus propios grupos. <br />
<br />
La otra salida posible consistía en cambiar de chaqueta, ahorcar los ideales cacareados durante cuarenta años, pactar con el franquismo y ocupar las poltronas que se les ofrecían. Tuvieron tiempo para pensárselo mientras Franco agonizaba laboriosamente en La Paz. Y al final, todos lo vieron claro: que más vale pájaro en mano que ciento volando. <br />
<br />
El pájaro en mano lo ofrecían los poderes fácticos, los dueños del cotarro nacional. Y se avinieron a negociar con el presidente Suárez, es decir, con el franquismo. Es lo que se llamó ruptura pactada. <br />
<br />
Olvido de las diferencias, todo sea por la preservación de la paz. Ya eran políticos profesionales. Coche oficial para todos. Carrera política, franquistas incluidos, a partir de cero y olvido de viejos agravios. <br />
<br />
La merienda de negros estaba servida. <br />
<br />
Suárez y Carrillo a partir un piñón. <br />
<br />
Flores para la Pasionaria. Vivas al Rey. <br />
<br />
Sin consultar a nadie, personas designadas a dedo redactaron una Constitución a puerta cerrada.<br />
<br />
El Gran Hermano americano invitó: «Pasen ustedes con los pantalones en la mano.» Felipe gonzález declaró, «Prefiero morir apuñalado en el metro de Nueva York que en un campo de concentración de Rusia.» </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">El pan para todos y la modernidad europea estaban en la socialdemocracia.<br />
Felipe se apuntó a ella, y los españoles, también. Por eso, lo refrendaron en las urnas una y otra vez<br />
<br />
Pero volvamos nuevamente atrás y no adelantemos acontecimientos. Después de las famosas declaraciones democráticas del Rey en Estados Unidos, Arias Navarro, como si se tratara de cumplir un programa cuidadosamente fijado, se sintió desautorizado y dimitió. <br />
<br />
Torcuato Fernández Miranda sorprendió a muchos al asignar el puesto vacante a un oscuro político, joven y ambicioso, que había sido gobernador civil de Segovia con Franco y, lo más revelador, director general de TVE: Adolfo Suárez.<br />
<br />
Suárez encarnaba la imagen del político nuevo, en las antípodas del carcamal franquista con pinta de pirata o mafioso, un dinámico ejecutivo, apuesto, simpático, locuaz, pragmático, acomodaticio, eficaz, maniobrero, elegante como un figurín (especialmente, cuando consiguió dominar el tic de estirarse los puños de las camisas). Su atractiva y fácil sonrisa electoral cautivó a las damas (y a gran parte de los caballeros)desde las vallas publicitarias.<br />
<br />
Suárez hizo lo que se esperaba de él; maquilló el régimen permitiendo mayor libertad de prensa, suprimiendo la censura y dejando soga larga a los partidos políticos. <br />
<br />
Después, consiguió que las instituciones franquistas, el Consejo Nacional del Movimiento y las Cortes, se autoinmolasen (a estas alturas, los más perspicaces habían captado los términos del chalaneo y, mirando por sus intereses particulares, accedían a ceder para conservar, nuevamente, lo que se ha denominado ruptura pactada).<br />
<br />
Solamente el pueblo, es decir, la opinión pública, asistía al gran teatro nacional maravillada y sin enterarse de lo que iba y venía entre bambalinas.<br />
<br />
En el referéndum del día 15 de diciembre de 1976 se produjo una considerable abstención, pero el 94% de los votos emitidos apoyaba el proyecto de reforma. <br />
<br />
El presidente Suárez, o quien manejara los hilos,había triunfado en toda la línea. Su forma ágil y rápida de hacer política desembocó, está desembocando todavía, en la creación de un Estado federal que conformará casi con seguridad la España del futuro. Al socaire de los estatutos particulares de vascos y catalanes, y de la mayor independencia de las diputaciones, se pasó a la disgregación del mapa nacional en nada menos que diecisiete autonomías, cada cual con su himno, su bandera, su capital, sus funcionarios y sus instituciones (algunas de ellas para provincias que ni siquiera habían solicitado ser autónomas).<br />
<br />
El PSOE quedó definitivamente instalado en el centro-izquierda. Lo bautizaron, en su nueva imagen moderada y homologable en Europa, Willy Brandt, Pietro Nenni y Francois Mitterrand. Ya podía comenzar la conquista del poder.<br />
<br />
Con el ideal republicano se fue también al garete el ideal de un Estado no confesional. Tierno Galván,el viejo profesor pasado al felipismo (las deudas del partido saldadas;el odio visceral a Felipe y a Guerra,aplazado), colocó un gran crucifijo sobre su mesa de trabajo,presidió procesiones y mereció un entierro digno de un pontífice o de un rey. <br />
<br />
La Iglesia, que, viéndolas venir, había situado sus huevos, sabiamente, en las dos cestas, había vencido en toda la línea. <br />
<br />
Y la prensa, que había sido franquista hasta antes de ayer,se volcó en apoyo del olvido del pasado y de la invención del presente desinformando cuanto fue menester.<br />
<br />
También los grandes periodistas tenían basura bajo la alfombra. Mejor no meneallo.<br />
<br />
A Suárez, en toda su gloria, se le subió el poderío a la cabeza. Después de la muerte de su padrino,Fernández Miranda, en accidente de tránsito, cuando ya su obra podía considerarse concluida, Suárez se resistió a admitir que ya había cumplido su ciclo. <br />
<br />
Le entró el gusanillo de la política y creciéndose, como el aprendiz de brujo, llegó a creerse que el motor del cambio era él mismo. Por eso, cuando los barones de UCD comenzaban a chaquetear, en lugar de cerrar filas ante el acoso del PSOE, se desmarcó de sus oportunistas compañeros de viaje para refundar otro partido más personal, convencido de que arrastraría a las masas. Pero se dio el batacazo, como su amigo Carrillo, y como tantos otros («Ésta es Castilla, que faze los homes y los gasta»).<br />
<br />
¿Qué ocurrió? Que el personal que antes había votado a UCD no tuvo inconveniente en votar al PSOE, la viva imagen de la modernidad y la decencia. Obraron el milagro tanta valla publicitaria, tanto Felipe—Nadiusko empapelando los muros y buzones del país, multiplicado hasta la saciedad en traje de joven y honrado paladín de la modernidad y la eficacia. <br />
<br />
España cambió de líder como se cambia de detergente<br />
<br />
«Son como críos», comentó el Gran Hermano sonriente al firmar la factura. Se había salido con la suya. Por otra parte, su sistema, que es el único posible conocido (especialmente, tras el descalabro de los países del Este), sólo consiente que venzan los partidos que aceptan sus reglas de juego. <br />
<br />
En un país medianamente moderno, una campaña electoral acarrea gastos millonarios, que sólo pueden financiar los bancos, pero exigen, a cambio, garantías de que ese partido no perjudicará sus negocios cuando llegue al gobierno.<br />
<br />
González, con hábil pulso y sentido de la jugada, ganó las elecciones por goleada. <br />
<br />
Los socialistas prometían cambio, y la sociedad quería cambiar, quería parecerse a Europa.Un gobierno de inexpertos penenes, muchos de los cuales todavía vivían en modestos pisitos de barriadas obreras, se encontró, de pronto, al frente del país en aquellos despachos inmensos, forrados de maderas nobles, con ujieres uniformados que se inclinaban a su paso.<br />
<br />
Lo más urgente era la reforma económica, porque, por ese lado, el país estaba aquejado de casi todos los desequilibrios macroeconómicos posibles: inflación,deuda exterior, déficit público, fuga de capitales... , los jóvenes tecnócratas se aplicaron a la reconversión o desmantelamiento de industrias ruinosas que parasitaban al Estado, lo que entrañó el despido o la jubilación anticipada de miles de obreros, con las consiguientes huelgas y problemas sociales. <br />
<br />
El PSOE perdió en el proceso una parte de su clientela electoral obrera, pero, al propio tiempo,ganó el aplauso y el voto de la emergente clase media, por lo que mantuvo en el poder en sucesivas elecciones.<br />
<br />
La reforma militar fue otro capítulo delicado.<br />
<br />
Narcís Serra, un ministro de Defensa que ni siquiera había hecho la mili, gordito, con gafas y voz atiplada (de la que se hacían chistes en las salas de banderas),renovó los mandos esenciales, promocionó a oficiales democráticos y transformó el ejército franquista en una fuerza más ágil y operativa, que obedecía al poder civil. <br />
<br />
Serra descolgó y devolvió a la polvorienta vitrina del pasado la espada de Damocles del pronunciamiento militar que durante siglo y medio había pendido sobre la cabeza de los españoles.<br />
<br />
En catorce años de gobierno, consiguieron elevar España al rango de país europeo. <br />
<br />
El viejo sueño irrealizado de los ilustrados del siglo XVIII se cumplía con casi dos siglos de retraso. <br />
<br />
España ingresó en la Comunidad Europea (1986) y en la Alianza Atlántica (tras la famosa pirueta ideológica del pragmático González, que, después de oponerse tenazmente a ese ingreso cuando militaba en la oposición, se transformó en decidido atlantista y «donde había dicho digo dijo Diego»). <br />
<br />
Tanto en las derechas como en las izquierdas, el pragmatismo ganaba la partida a la ideología, la lógica a la cerrazón. Eran grandes novedades en la política española, tradicionalmente tan extremista y cerril.<br />
<br />
Después de aquellos catorce años de gobierno socialista, España quedó, como se habían propuesto,«que no la reconocería ni la madre que la parió», pero una reforma de tanto calado, no podía hacerse sin pagar el precio de un tremendo desgaste político. <br />
<br />
El gobierno impuso medidas impopulares para el partido y el sindicato que lo sostenían,especialmente la reconversión industrial. <br />
<br />
Afluyeron inversiones del extranjero,llegaron fondos europeos y, al amparo de esa bonanza, creció el gasto público en educación y sanidad,configurándose el Estado del bienestar. <br />
<br />
No obstante, el nuevo planteamiento económico acarreó también graves problemas. Tras los fastos de la Expo y la Olimpiada del 92, en los que el gobierno tiró la casa por la ventana, el país, que vivía su nueva adolescencia europea con estirón incluido, se vio aquejado por las fiebres de la crisis económica, con tres millones de parados a cuestas y un incremento excesivo del gasto público. <br />
<br />
El malestar social creció con el conocimiento de la especulación (la llamada ingeniería financiera) y de la corrupción. Algunos sonados casos, desacreditaron al gobierno (Juan Guerra, Filesa, Roldán, GAL,fondos reservados...). En un breve período de tiempo dimitieron dos vicepresidentes (Alfonso Guerra y Narcís Serra) y cinco ministros.<br />
<br />
La repercusión mediática y judicial (y en última instancia, política) del asunto de Lasa y Zabala (dos terroristas asesinados por la policía) fue mucho mayor que la que tuvo en Alemania el suicidio,en prisión,de la banda terrorista Baader Mainhof, o en el Reino Unido la eliminación de tres terroristas irlandeses en Gibraltar por agentes de Su Graciosa Majestad. <br />
<br />
Con la ley en la mano, la oposición castigo al gobierno que consentía o amparaba la existencia de esas cloacas estatales (que otras democracias de larga experiencia mantienen y silencian, ya dijo Churchill que la democracia no es un sistema de gobierno perfecto, si no solamente menos imperfecto que los otros sistemas). <br />
<br />
Los penenes que tomaron las riendas del país tres lustros atrás habían engordado, habían envejecido, habían perdido la ilusión inicial. Con las canas y la papada, les habían crecido los espolones, eran gallos viejos, se habían transformado en «barones», cada cual con su parcela de poder «Quizá haga falta un nuevo Suresnes», reflexionó proféticamente Felipe González. Visiblemente desgastado , dimitió del liderazgo del partido en 1997 y ninguno </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">de sus camaradas le pidió que siguiera. <br />
<br />
Una crisis interna conmovía las estructuras del PSOE. No tenían un repuesto aceptable por las distintas familias en las que el partido se había dividido (especialmente, renovadores y guerristas). La pugna por la sucesión (Almunia, Borrell, Bono...),prolongada a lo largo de una década, mantuvo ocupado al socialismo español, mientras sus adversarios triunfaban en la plaza. </span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3521491270298215616.post-22196144033152605952011-05-01T21:30:00.008+02:002017-02-12T23:13:44.488+01:001945: Juan de Borbón y Battenberg Y la Sucesion al trono<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2o3Il77RGSBZIPZ3KgtpZvnMPu6JqiDG7mBG-cprgVbWxDtw0RBJBHu62O0Zmc0bsXa-7O3r1LB3RWD1SCKifCyXIkX0RIdOGCm4JMErTRON9H6lpSFuq-bYB06iIK9XIhXC9QpU3F-c/s1600/210px-Juan_de_Borb%25C3%25B3n_y_Battenberg_-_002.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br />
</a></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk1eHBpu_G2NzHjo7TFHELyoE-BcFRFqs5YdqJhZACaT5ul7WiDdT1Avd6Rh3i3u113vmgfV8u6ik5YafGKJodKV_nkszXsHK66GXoZ4UQHjmtpdcnYrw4FM4ayQUTDwsKND4wFFX0Gpg/s1600/210px-Juan_de_Borb%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk1eHBpu_G2NzHjo7TFHELyoE-BcFRFqs5YdqJhZACaT5ul7WiDdT1Avd6Rh3i3u113vmgfV8u6ik5YafGKJodKV_nkszXsHK66GXoZ4UQHjmtpdcnYrw4FM4ayQUTDwsKND4wFFX0Gpg/s320/210px-Juan_de_Borb%25C3%25B3n.jpg" width="282" /></a></div><span style="font-family: Verdana,sans-serif; font-size: small;"> El infante don Juan, como no era el primogénito, no estaba destinado a reinar, por lo tanto no lo prepararon para tan alta misión, aunque recibió una educación esmerada y, desde pequeño, aprovechando que su madre era inglesa, su abuela alemana y su nurse francesa, habló varios idiomas.<br />
<br />
En 1930, ingresó en la Escuela Naval de San Fernando para seguir la carrera de marino, pero la caída de la monarquía y el exilio de la familia real interrumpieron sus estudios apenas comenzados.<br />
<br />
Gracias a su pariente Jorge V de Inglaterra pudo completarlos en la academia naval británica, en la cual se graduó como oficial.Don Juan era un marino de una pieza, brutote, tatuado, elemental, impulsivo, noble de corazón y proclive al vozarrón y al taco. <br />
<br />
En 1933,servía en el crucero Enterprise de la marina británica, que estaba fondeado en aguas de Bombay, en la India, cuando recibió un telegrama de su padre, el ex rey Alfonso XIII:«Por renuncia de tus hermanos mayores, quedas tú como heredero. Cuento contigo para que cumplas con tu deber con España.» El mundo se le vino encima al joven oficial. <br />
<br />
Tuvo que abandonar el Enterprise y regresar a Roma para hacerse cargo de sus nuevas obligaciones.Durante la guerra civil española intentó por tres veces, siempre en vano, que Franco lo admitera a su lado para luchar contra la República. <br />
<br />
Alegaba don Juan su experiencia en la marina de guerra inglesa: «He navegado dos años y medio en el crucero Enterprise de la Cuarta Escuadra; he seguido luego un curso especial de artillería en el acorazado Iron Duke y,por último, antes de abandonar la marina británica con la graduación de teniente de navío, estuve tres meses en el destructor Winchester.»<br />
<br />
Ni por ésas. Franco se negó a admitirlo. El 28 de febrero de 1941, Alfonso XIII falleció en la habitación 23 del primer piso del Gran Hotel de Roma, donde residía, y don Juan, a sus veintisiete años, se hizo cargo de la jefatura de la Casa Real. No tenía por delante un camino de rosas. El resto de su vida fue esperar a que Franco le cediera la corona y contemplar la evolución política de España desde la orilla portuguesa, en su chalecito de Estoril, «Villa Giralda», donde recibía el besamanos y acatamiento de los monárquicos detoda la vida, que iban a visitarlo y de camino aprovechaban para ir a Fátima y al Casino.<br />
<br />
Don Juan hubiera sido, quizá, un buen marino, que el mar era su verdadera vocación, pero falto como estaba, por formación y por temperamento, de las cualidades necesarias para navegar en las procelosas y turbias aguas de la política, toda su vida se dejó dirigir por un Consejo Privado, constituido por prestigiosos monárquicos, dentro del cual coexistían distintas corrientes no siempre confluentes. Al predominio de unas o de otras, en cada época, se pueden atribuir los bandazos del pensamiento político de don Juan,y los renuncios y contradicciones en que incurrió en su relación con Franco, que acabaron perjudicando su causa.<br />
<br />
Esto explica que el mismo personaje que en 1935 apoyó con entusiasmo al grupo Acción Española, claramente reaccionario, moderara su postura diez años después, cuando la derrota de las dictaduras europeas dejaba entrever que el futuro pertenecía a las democracias. Don Juan, adelantándose a muchos españoles,se declararía ya abiertamente demócrata a partir de 1965, cuando su avispado consejero José María de Areilza le hizo ver, y a algunos significados personajes del Consejo Privado también, que el porvenir de la monarquía pasaba por su adecuación a los nuevos tiempos. Areilza era un diplomático de gran talla, pragmático y con gran visión de futuro,y convencido, como todo diplomático que se precie, de que París (o Madrid) bien vale una misa.<br />
<br />
Sin embargo, el enfrentamiento de don Juan con Franco venía de mucho antes, de marzo de 1945,cuando publicó el Manifiesto de Lausanne, en el que conminaba solemnemente al general Franco para que,reconociendo el fracaso de su concepción totalitaria del Estado, abandonara el poder y diera libre paso a la monarquía. Al año siguiente, publicó las Bases Institucionales de la Monarquía, como si ya anduviera preparando el gobierno en la sombra. <br />
<br />
A Franco, como fácilmente se adivina, todo esto le sentaba como si le mentaran a su santa madre. Además, por vía diplomática le llegó la noticia de que don Juan se había ofrecido a las potencias vencedoras en la guerra como alternativa de gobierno en España al frente de una monarquía respetuosa de las libertades públicas. La misma fuente hablaba de su disposición para llegar a España como rey, a bordo de un navío de la Armada británica, en una hipotética invasión de las Canarias<br />
<br />
El siguiente paso del pretendiente no mejoró su situación ante el dictador. En 1947, cuando arreciaba el aislamiento internacional de Franco y parecía que los días del régimen estaban contados, replicó a la Ley Sucesoria promulgada por Franco con el llamado Manifiesto de Estoril, en el cual firmaba como rey.Ésta fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del Caudillo. Franco nunca le perdonó estas veleidades políticas y decidió que cuando restaurara la monarquía lo haría en otra persona. Porque Franco era monárquico y nunca dejó de serlo; lo que ocurre es que le tomó gusto al mando y decidió que la estabilidad y el progreso de España requerían que él estuviera al timón mientras Dios le diera vida, que se la dio y larga. <br />
<br />
Tiempo habría y siglos por delante para que la monarquía siguiera su curso. En cuanto a don Juan, ya que estaba incordiándolo con papelitos y declaraciones a la prensa, decidió castigarlo impidiendo que reinara y lo condenó a ser hijo de rey y padre de rey, pero nunca rey. <br />
<br />
Se salió plenamente con la suya. Ésta es otra de las cosas que dejó atadas y bien atadas.<br />
<br />
Volviendo a don Juan y a su bondad intrínseca, quizá su ya mentada dependencia de consejeros con opiniones contra puestas disculpe las aparentes traiciones que se observan en su trayectoria política; por ejemplo, en 1948, cuando la flamante Confederación de Fuerzas Monárquicas se adhirió a la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas junto a socialistas y republicanos exiliados, en un común intento para forzar la salida del dictador. ¡Indalecio Prieto y la monarquía codo con codo! <br />
<br />
Al poco tiempo, don Juan mostró simpatías hacia el Movimiento en la entrevista con Franco en el yate<br />
Azor,frente a San Sebastián.En esta histórica ocasión, Franco, que ya había decidido saltarse la línea de sucesión y que don Juan se quedara sin reinar, le pidió, y él aceptó, que su primogénito, don Juan Carlos, cursara bachillerato en España y se fuera preparando para sus eventuales responsabilidades como rey.Después de la escena del Azor,don Juan evitó enfrentarse con Franco, incluso hizo declaraciones de fidelidad a los ideales del Movimiento Nacional y mencionó la ayuda divina y los aciertos del Generalísimo al frente de la nación, y hasta le ofreció la máxima condecoración, el Toisón de Oro, que Franco rechazó con brusquedad castrense, señalándole, además, que carecía de potestad para ofrecerla. <br />
<br />
El gallego era muy suyo en cuestiones de mando y prerrogativas<br />
<br />
El hombre que había de reinar, es decir, el primogénito de don Juan y nieto de Alfonso XIII era Juan Carlos, un niño guapo y avispado, nacido en Roma, en 1938, durante el exilio de sus padres. <br />
<br />
Había padecido una infancia desarraigada, primero en Lausana, en Suiza, donde residía su abuela, la ex reina de España; después, interno en un colegio religioso de Friburgo. Hay que imaginarse su desamparo cuando llegó a España, después de la histórica entrevista del Azor,a los diez años de edad y sin apenas hablar español,para estudiar bachillerato en una finca de los banqueros Urquijo, «Las Jarillas», reconvertida en laboratorio educativo para el futuro príncipe y otros ocho niños procedentes de familias de dirigentes franquistas para que aquel encierro pareciera un colegio.<br />
<br />
Fue una educación muy particular, inspirada por el dictador, en la que predominaron preceptores afines al Opus Dei. Franco deseaba que el futuro rey estuviera políticamente más cerca de él que de su padre carnal. <br />
<br />
El muchacho creció soportando humillaciones a la sombra del poder, espiado por sus más directos colaboradores, abucheado públicamente a veces, tanto por falangistas como por monárquicos juanistas, que lo consideraban un intruso impuesto por Franco. Y además, aguantando la vela frente a su propio padre. <br />
<br />
Todo su papel consistía en esperar y en no defraudar al amo supremo, ni al ejército ni a la Iglesia, ya que no a la Falange y mucho menos a la oposición democrática, ferozmente republicana (eso predicaban entonces). <br />
<br />
Por eso, el ejército y la Iglesia, ambas reunidas en el almirante Carrero Blanco, fueron sus principales valedores en 1969, cuando, presionando sobre Franco, consiguieron que lo nombrara, de una vez por todas, sucesor a título de rey.<br />
<br />
Don Juan Carlos se había casado con Sofía de Grecia, una princesa de la casa real helena, de origen prusiano y danés (y emparentada, además, con las dinastías de Inglaterra y Rusia). <br />
<br />
Su bisabuelo materno fue el káiser Guillermo II; el paterno, el príncipe Guillermo de Dinamarca, entronizado en Grecia como Jorge I, en 1852. <br />
<br />
Los apellidos de la esposa de Don Juan Carlos son Schleswig—Holstein Sonderburg y Glücks-burgo.<br />
<br />
En febrero de 1968, con ocasión del bautizo del príncipe Felipe, primer hijo varón de Juan Carlos, la ex reina Victoria Eugenia, ya anciana, regresó a España por unos días. Durante la ceremonia bautismal,cuando Franco le presentó sus respetos, ella afectuosamente le dijo: «General, ya tiene usted dónde escoger entre el abuelo, el hijo y el nieto.» Con flema británica, la anciana señora no se quebraba la cabeza sobre el tema, pero entre los monárquicos los había muy capaces de abrírsela al adversario, pues las diferencias entre juanistas, partidarios del padre, y juancarlistas, partidarios del hijo, se iban ahondando. <br />
<br />
Los unos, como cabe suponer, por fidelidad a las leyes monárquicas; los otros, por puro pragmatismo.Los vientos de la política soplaban de este último lado. Carrero Blanco, López Rodó y el Opus Dei (en una maniobra combinada que denominaron Operación Salmón) instaron a Franco, con el debido respeto,para que eligiera sucesor. «La elección de sucesor —argumentaba Carrero ante el general— tendrá el efecto beneficioso de una traqueotomía.» Fascinado por tan delicada metáfora, Franco se decidió y escogió sucesor, al año siguiente, 1969. <br />
<br />
Carrero fue el primero en saberlo y se lo comunicó con alivio a López Rodó:«Ya parió.» Con parecido ingenio, Don Juan Carlos había escrito a su madre, en clave metafórica borbónica: «El grano ya ha reventado.»Como era de esperar, de los tres candidatos señalados por la ex reina, Franco había escogido no al abuelo, don Juan, a quien seguía sin perdonar sus insumisiones pasadas, sino al hijo, Don Juan Carlos,despreciando todas las normas de sucesión. ¿Acaso no estaba por encima de la historia?<br />
<br />
Aquí fue la tragedia. Don Juan, viéndolas venir, tenía muy advertido a su hijo que por nada del mundo debería acceder a que el dictador se saltara graciosamente el orden sucesorio. A juzgar por sus declaraciones a la prensa extranjera, Don Juan Carlos estuvo al principio de acuerdo con su padre y se presentaba como un hijo abnegado y obediente. El 27 de noviembre de 1968 declaró al semanario Point de Vue: «Jamás aceptaré reinar mientras mi padre viva.» Pero después cambió de idea, alegando el interés de España y su supremo deber de soldado, y acató las Leyes Fundamentales del Reino, entre las cuales se incluía,naturalmente, la Ley de Sucesión. <br />
<br />
Detrás de todo el asunto, hay que ver la mano peluda de Carrero, al que el joven príncipe agradeció «horrores» su apoyo. A la intencionada pregunta del periodista Emilio Romero«¿puede abdicar don Juan?» respondió el príncipe: «Por poder, puede.»<br />
<br />
Así que Don Juan Carlos estaba dispuesto a reinar antes que su padre. Este cambio de postura mereció la desaprobación de los juanistas, incluido el propio don Juan, que sólo había consentido su educación española como sucesor suyo, no de Franco. <br />
<br />
Inmediatamente, protestó en una nota oficial: «No se ha contado conmigo ni con la voluntad libremente manifestada del pueblo español [...] Ninguna responsabilidad me cabe en esta instauración.»<br />
<br />
Entre el padre y el hijo se produjo una gran tensión por lo que técnicamente era una traición, agravada por el hecho de que Juan Carlos había visitado recientemente a su padre en Estoril y no le había comunicado nada. Don Juan, que se había enterado de la noticia por la prensa, como los demás españoles, lo tomó muy a mal, convencido como estaba de que su hijo conocía de antemano la decisión de Franco y se la había ocultado.<br />
<br />
Juan Carlos, disciplinadamente, pero con el corazón escindido por encontrados sentimientos, acató la decisión de Franco, subordinando su fidelidad filial a sus sagrados deberes hacia la patria, y se apresuró aaceptar. Pero envió un mensaje conciliador, que no calmó la ira de su padre biológico: «Es lógico que los más fieles mantenedores de los principios dinásticos acepten algún sacrificio en sus aspiraciones. Y si son verdaderos patriotas comprenderán que ante todo está el bien de España.» Le pedía una cierta flexibilidad a don Juan, pero don Juan era un hombre más visceral que paciente, se consideraba llanamente traicionado y no cedió en sus planteamientos legitimistas hasta 1977.<br />
<br />
Incluso en la primera ocasión que se le presentó,reclamó a su hijo la placa de Príncipe de Asturias que le había otorgado (años después, ya pasada la tormenta, se la entregaría a su nieto Felipe). <br />
<br />
Los juanistas sacaron a relucir que el príncipe, como Fernando VII, no vacilaba en atropellar los derechos de su padre con tal de alcanzar el trono, ni vacilaba en jurar lealtad a Franco y fidelidad a los principios del Movimiento Nacional y a las Leyes Fundamentales del Reino.<br />
<br />
No obstante, los hagiógrafos de la corona, más papistas que el papa, han inventado la historia de la conspiración: hijo y padre como uña y carne, de acuerdo desde el primer momento para engañar a Franco y sin otra ambición que devolver España a la democracia. Eso, a pesar de que Don Juan Carlos no tolera que en su presencia se critique a Franco, «porque cada uno debe saber de dónde viene y fue Franco el que me puso en el trono».<br />
<br />
La proclamación de Don Juan Carlos como sucesor no mejoró su situación personal porque no significaba que Franco hubiera decidido retirarse pronto. <br />
<br />
Don Juan Carlos y Doña Sofía, como los parientes pobres que esperan una herencia, soportaron todavía muchos desplantes y desprecios de la familia de Franco y de los falangistas. Incluso durante un tiempo peligró la candidatura de Don Juan Carlos puesto que la ley reservaba a Franco la posibilidad de designar a otro heredero. <br />
<br />
En 1972, la nieta de Franco, María del Carmen Martínez Bordiú, se casó con Alfonso de Borbón, hijo del infante don Jaime (aquel infante sordo-mudo, en el que, en su día, recayó la sucesión de la corona española antes de desplazarse hacia el tercer hijo varón de Alfonso XIII, don Juan).<br />
<br />
A raíz de esta boda, los príncipes vivieron la ansiedad de una posible candidatura rival para la corona de España, que la ambiciosa familia de Franco intentaba forzar aprovechando que el general andaba ya mermado de facultades. No obstante, después de las declaraciones institucionales de tres años antes, la propuesta llegaba un poco tarde, y las maniobras de las Cármenes (doña Carmen Polo y su hija) para coronar a una Franco como reina de España no dieron fruto. <br />
<br />
Pero durante unos meses, la pelota estuvo en el tejado, y Alfonso se titulaba príncipe, y la nieta de Franco, su esposa, princesa, tratamiento reservado en España a los herederos del trono. En una fiesta, el marqués de Villaverde, yerno de Franco, requirió de un camarero: «Un whisky para el príncipe.» Don Juan Carlos, que estaba a su lado, creyendo que se refería a él, corrigió: «No, whisky no, he pedido una limonada.» A lo que Villaverde replicó: «No: he dicho para el príncipe», y señalaba a su yerno, don Alfonso<br />
<br />
En los años setenta, Franco era ya octogenario y estaba para poco. Inaugurados ya los pantanos,acondicionados los paradores nacionales, cazados los ciervos, abatidos los jabalíes, pescadas las truchas,paseados los palios, habiéndolo dejado todo atado y bien atado, desertó del NODO, se replegó del vivir cotidiano, se retiró del mundo y se convirtió en una delgada presencia que veía pasar los últimos vagones del tren de la vida desde el apeadero de El Pardo, como si la cosa no fuera con él.<br />
<br />
Franco iba ya de retirada y parecía que el ascenso de la democracia era imparable, pero, de pronto,el almirante Carrero Blanco, ascendió a segundo de a bordo, se subió al pescante y, tomando las riendas delas vacilantes manos del Caudillo, frenó la cabalgadura. <br />
<br />
Carrero Blanco era un leal funcionario franquista.Guiado por López Rodó y otros miembros del Opus Dei, intentó instaurar un fascismo católico. El frenazo del aperturismo despidió a muchos por encima de las orejas de la caballería, entre ellos al propio Fraga,destituido en 1969 por su incapacidad para acabar con «la pornografía y el maoísmo».<br />
<br />
En 1973 se designó a Carrero Blanco presidente del gobierno. Franco seguía detentando la jefatura del Estado. Mientras tanto, crecía la inquietud social. Las fuerzas de la oposición, que durante años habían permanecido silenciosas, comenzaban a moverse cautamente, sólo lo suficiente para no alarmar al aparato del régimen y a la gente de orden temerosa del futuro.<br />
<br />
Porque la inmensa mayoría de los españoles, aunque monárquicos in péctore (¿sería mejor términocriptomonárquicos?) según hoy demuestran las encuestas y las espontáneas declaraciones de los políticos, entonces ignoraban que lo eran, o quizá sólo lo sospechaban y no se atrevían a proclamarlo, inmersos como estában todos en el bendito limbo del apoliticismo. <br />
<br />
Es que los penosos años de la dictadura habían atrofiado el sentido político de la inmensa mayoría del pueblo español y nadie daba un duro por el futuro del príncipe designado, que falangistas y juanistas llevaban treinta años desprestigiando como tonto del haba y hasta lo apodaban Juan Carlos el Breve. <br />
<br />
No obstante, el progreso era imparable, o lo parecía, y la democracia estaba, aparentemente, a la vuelta de la esquina.El mundo había cambiado irreversiblemente. Los subversivos, después de unos años de predicación alternativa en favor del amor, habían decidido hacer también la guerra. <br />
<br />
En 1970, apedrearon al papa en Cerdeña, y el presidente Nixon vivió una experiencia semejante en el otro confín del globo. En 1973 estrellaron al propio Carrero Blanco contra la cornisa de la casa de los jesuitas. <br />
<br />
El proyecto nacionalcatólico naufragó en los discursos de su heredero Arias Navarro, converso aperturista, dispuesto a atender las demandas de una sociedad cambiante, aunque con la otra mano sostenía firmemente el garrote de la ley y el orden y, para que el mensaje fuera cabalmente entendido, ejecutó a garrote vil a un anarquista que en su captura mato a un inspector de policia.<br />
<br />
Franco, ya en sus ochenta, no tenía ninguna intención de retirarse, pero incluso sus más incondicionales se planteaban el futuro de España el día en que, por «imperativo biológico», eufemismo acuñado para aludir a la muerte del dictador, la jefatura del Estado quedara vacante.<br />
<br />
En el año 1974, Franco, aquejado de flebitis, dejó en manos de su sucesor el timón de la nave del Estado. Fue sólo durante los tres meses de la calma chicha estival, como si se hubiese tomado unas vacaciones, porque, en cuanto llegó el otoño, el dictador se repuso y asumió de nuevo el mando, dejando en situación un tanto desairada al sustituto, que ya se tenía por fijo en la plaza.<br />
<br />
La tímida apertura continuaba. Se consintieron los partidos políticos bajo el nombre de asociaciones (con la excepción del Partido Comunista, la bestia parda del régimen). <br />
<br />
En la calle se producían algaradas que la policía reprimía. Al terrorismo de ETA y del FRAP, que arreciaba en el río revuelto, respondió el régimen en septiembre con una severa ley antiterrorista y el fusilamiento de cinco terroristas.<br />
<br />
Fue una concesión al ejército y a los poderes fácticos, que exigían mano dura para enfrentarse a la escalada de violencia terrorista. El cumplimiento de la sentencia provocó cierta repulsa internacional y la réplica del régimen, menos espontánea que otras veces, en la consabida manifestación multitudinaria de la plaza de Oriente para vitorear al Caudillo, ya casi una momia puesta a orear en el balcón, un viejecito tembloroso,de voz atiplada, que al dar los gritos del ritual falangista que coronaban estas manifestaciones patrióticas,se equivocó al pronunciar el nombre de España por tercera vez y le salió un espúreo « ¡Espiña!», que fue magnificado por los altavoces (en el telediario lo ocultaron superponiendo ruido de helicóptero).<br />
<br />
A todo esto, Hassan II, el tirano marroquí protegido por Estados Unidos, aprovechó astutamente el desconcierto y el vacío de poder que se vivía en España para invadir el Sahara con una muchedumbre de desarrapados que enarbolaban el Corán: la Marcha Verde. El órdago le salió a pedir de boca, y el gobierno español, que bastantes problemas tenía en casa para buscarse otros fuera de ella, entregó al moro aquellas arenas (y aquellas pesquerías y aquellos fosfatos) sin tener en cuenta la opinión de sus pobladores, a los que, hasta ayer mismo, titulaba ciudadanos españoles. Una chapuza más.<br />
<br />
En octubre, la salud de Franco empeoró bruscamente, y el dictador tuvo que ser ingresado en un centro hospitalario, mientras Don Juan Carlos se hacía cargo, otra vez interinamente, de la jefatura del Estado.<br />
<br />
Por imposición de la familia, el equipo médico habitual mantuvo vivo al enfermo durante semanas, prolongando dramáticamente su agonía. Murió, por fin, el 20 de noviembre de 1975 y lo enterraron en su pirámide del Valle de los Caídos, entre grandes manifestaciones de duelo. <br />
<br />
No todo el mundo lo lloró. El champán, el cava y, en general, todo espumoso de taponazo, se agotaron en las tiendas y supermercados. Dos días después proclamaron rey de España al hombre que Franco había designado para sucederle. Después de una larga, comprometida y tortuosa espera, comenzaba, por fin, el largo reinado de Juan Carlos I el Breve.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
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<br />
Como es natural, la historia la escribieron los vencedores: la patria, prostituida por el liberalismo y embaucada por el marxismo, había estado a punto de sucumbir, pero un valeroso paladín, el invicto caudillo Franco, al frente de la facción más sana del ejército, la había rescatado del borde del abismo. En el forcejeo,cierto es, la había dejado hecha unos zorros, pero la había salvado, que era lo importante. ¿La desampararía ahora, convaleciente y extenuada, en medio de la calle, a merced de las energías disolventes, de los designios subterráneos, del contubernio judeomasónico, de la Antiespaña? ¿Permitiría el vencedor que nuevamente cayera en las garras del Kremlin, o debía cargar el peso de la tutela sobre sus viriles hombros?<br />
<br />
Pío XII, el nuevo papa, había proclamado que «de España ha salido la salvación del mundo» y había llamado a España «la nación elegida por Dios, el baluarte inexpugnable de la fe católica». El bando vencedor,que estaba a partir un piñón con el Vaticano, declaró por boca de Franco: «España tiene un destino providencial en esta vieja Europa [...]: salvar del marxismo la civilización cristiana.»<br />
<br />
Sin un instante de vacilación, el Caudillo y la Iglesia, representantes respectivamente del ejército y de Dios, asumieron la dura tarea. Doctores tuvo la Iglesia y pensadores el Movimiento Nacional que suministraron, quemando arduas vigilias, el bagaje ideológico del nuevo régimen.<br />
<br />
Por otra parte, Europa se enzarzó en la segunda guerra mundial, y los resonantes éxitos alemanes parecían confirmar que el viento de la historia soplaba del lado de las dictaduras. No obstante, la guerra parecía ir para largo. No era momento de bajar la guardia, sino de permanecer atento, las armas prestas,impasible el ademán, por lo que pudiera venir. Franco estrechó su amistad con Italia y Alemania,y procuró que el prestigio guerrero del Duce y del Führer se reflejara en el suyo propio como Caudillo. En esto se dejó orientar por su entusiasta cuñado, Serrano Suñer, ferviente admirador de los fascismos europeos. Nadaba el Caudillo a favor de la corriente nazifascista sin sospechar que estaba apostando por el caballo perdedor,pero fue cauto y no se implicó directamente en la guerra.<br />
<br />
La propaganda franquista vendería esta circunstancia, ya a toro pasado, como el triunfo de su astucia gallega sobre las presiones de Hitler y Mussolini. La realidad, según después se ha sabido, es que Franco estaba dispuesto a entrar en guerra, pero al Führer sólo le interesaban el volframio y las naranjas. No obstante, aceptó la División Azul de voluntarios contra Rusia.<br />
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¿Cómo era Franco? A los veintisiete años de su muerte una legión de hagiógrafos y detractores se disputan la verdad del personaje y nos dan imágenes distorsionadas y extremas de él, o ángel o demonio.Por poner un ejemplo, mientras sus detractores se mofan de su voz atiplada y maricona, a Jiménez Caballero le «parece broncínea voz con diamantinos armónicos».<br />
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Franco era un militar, con las tópicas cualidades que imprime ese oficio y las no menos tópicas limitaciones que acarrea. Era, además, esposo de doña Carmen Polo, y un jefe de Estado que durante unos cuantos años no las tuvo todas consigo, factores quizá más determinantes de lo que parece. Por eso, hay una imagen del Franquiño adolescente, alegre, parlanchín y bailón completamente distinta a la del Franco adulto, soso, serio y distante como un jefe apache, aquel hombre que dejaba helados a sus interlocutores por su frialdad y falta de cordialidad, pero luego iba de pesca con su dentista y amigo,y cuando estaban a solas, le contaba chistes verdes. <br />
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Fue un hombre voluntarioso y ambicioso. Sus compañeros de academia lo superaban en prestancia y estatura; Franquiño los superó en estudio y aplicación, y cuando otros andaban todavía bostezando en aburridas guarniciones peninsulares, él ya había hecho una brillante carrera en la guerra de Marruecos y se había ganado a pulso, balazo incluido, el fajín de general.<br />
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No tuvo más pasión que la del mando, que no la hay más alta, y a ella le consagró su vida. Por eso no tuvo inconveniente en seguir el consejo de Mussolini: «Un rey será siempre su enemigo; a mí me pesó mucho no haberme desprendido de la casa de Saboya.» Al acabar la guerra se mantuvo en el poder, contra el parecer de algunos generales monárquicos, y evitó restaurar la monarquía, aunque, como era monárquico, nunca dejó de pensar que, después de él, se reanudaría la línea dinástica.<br />
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Horro de pasiones, tanto espirituales como físicas, nuestro hombre no tuvo más vicios que la caza y la pesca. Por ese lado, cosechó abundantes éxitos, ya que, dado que la tradición hispánica requería que los alzafuelles de palacio facilitaran hembras al monarca, en su tálamo cinegético nunca faltaron perdices, ciervos, truchas, salmones y hasta una ballena de veinte toneladas.<br />
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No era Franco un hombre de gran cultura, pero tampoco tan ceporro como muchos conmilitones suyos. Pudo no ser una inteligencia privilegiada, pero fue más listo que sus posibles competidores. Por eso,aunque era el general menos comprometido de los que se sumaron al golpe de Estado, acabó liderándolo cuando la rebelión se había consolidado.<br />
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Franco era un producto típico de la burguesía provinciana española, modelada en el regeneracionismo, para la que la decadencia nacional era el castigo que la Providencia imponía a España por sus veleidades liberales y laicas, tan opuestas a la esencia cristiana de nuestro pueblo. También era un gallego pragmático, que, cuando las circunstancias lo requerían, modificaba sus convicciones sin mayor esfuerzo. Como hombre de orden y de derechas repudiaba el liberalismo, la política de partidos y la masonería, y apoyaba el catolicismo como norma de vida. Pero en sus últimos años aceptaba tácitamente que su sucesor tendría que adaptarse a la modernidad europea. A mediados de los sesenta, cuando la presión social reclamaba cierta permisividad sexual, transigió con las iniciativas liberadoras de su joven ministro Fraga Iribarne, aunque no las compartiera: «Yo no creo en esta libertad —confió a Fraga—, pero es un paso al que nos obligan muchas razones importantes.»<br />
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Lo mismo debió pensar cuando consintió los contactos del régimen con la socialdemocracia; cuando,cercano a la muerte, barruntaba que su sucesor tendría que restituir España al juego democrático. Era consciente de que en España, ínfimo satélite en la órbita de los americanos, del liberalismo capitalista y de las multinacionales, un país occidental con obreros propietarios del pisito y el coche y con casi todas lasl etras del televisor en color pagadas, el fantasma del comunismo y de la revolución estaba ya definitivamente conjurado. Cuando asesinaron a Carrero Blanco, autoritario puro y duro,y más franquista que Franco,comentó: «No hay mal que por bien no venga», refrán para el que se han propuesto toda clase de interpretaciones. ¿Querría indicarnos que de buena se habían librado los de las trencas, el rock—and— roll y haz—el—amor—y—no—la—guerra?<br />
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El Caudillo vivía en un palacio dieciochesco, rodeado de muebles antiguos y tapices de Goya. Los obispos lo llevaban y traían bajo palio, pero su alcoba era de una austeridad monástica, de una simplicidad cuartelera: dos camas de caoba cubiertas con colchas verde manzana y separadas por la repisita del teléfono; sobre la mesita de noche, un modesto flexo, y sobre la cómoda, el brazo incorrupto de santa Teresa,bien a la vista, dentro de su artístico relicario.<br />
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A base de autodisciplina, como un bonzo nepalí, el Caudillo consiguió dominar sus necesidades fisiológicas. Su legendaria capacidad de retención urinaria atormentaba a sus colaboradores, que, cuando lo acompañaban en un viaje oficial, nunca encontraban ocasión de aliviarse. El ministro Fraga se percató de que el régimen comenzaba a hacer aguas el día que el dictador interrumpió uno de sus interminables consejos de ministros para ir al retrete.<br />
<br />
La derrota de la República había acarreado el exilio de muchos intelectuales. Nuevos inquilinos, intelectuales de derechas comprometidos con el régimen, ocuparon prestamente los pesebres vacíos de las universidades. Fieles a las consignas, estos estómagos agradecidos suministraron el maquillaje cultural necesario para que España se asemejara lo más posible a sus modelos nazifascistas europeos.<br />
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Italia y Alemania eran naciones de nuevo cuño, formadas sólo en el siglo xix, que habían llegado tarde al reparto de los imperios y anhelaban formarlos ahora. Por mimetismo, España, que no tenía dónde caerse muerta(de hambre), dio en soñar con sus tiempos imperiales. Ideólogos al servicio del régimen señalaron las puras esencias de la raza, cuyo cultivo restablecería la pasada grandeza imperial. España, «Unidad de Destino en lo Universal», los Reyes Católicos, el cardenal Cisneros, el «prefiero perder mis Estados a gobernar sobre herejes», el «más vale honra sin barcos que barcos sin honra», el «es preferible morir con dignidad a vivir con vilipendio», comparecieron en todos los discursos. «Trento está en nosotros: somos más papistas que el papa», proclamaba, con orgullo, el rector de la Universidad de Valencia.<br />
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Mientras tanto, en los campos de Europa, en los desiertos de África, en las estepas rusas y en el pringoso mar proseguía un pulso emocionante entre democracias y dictaduras, que llegó a su momento culminante en 1943, cuando se manifestó que el músculo alemán no daba más de sí, en tanto que sus oponentes recibían el refuerzo decisivo de Estados Unidos, con su inmenso potencial económico y humano.Hitler y Mussolini habían perdido la partida.Los republicanos y liberales, que esperaban que las democracias invadieran España para derrocar a Franco y restablecer la República, sufrieron la gran decepción. La caída de Hitler había favorecido la ascensión de otra dictadura aún más peligrosa, la URSS. <br />
<br />
Concluida la guerra, a las democracias no les inquietaba tanto una España débil regida por un anticomunista furibundo como la posibilidad de una República manipulada por revolucionarios al servicio de Rusia.Franco destituyó a Serrano Suñer, guardó la camisa azul en el baúl de los recuerdos y corrigió el rumbo del Estado, manteniéndolo en estricta neutralidad mientras hacía los cálculos para virar hacia las democracias occidentales en cuanto se presentara una coyuntura favorable. Hasta otorgó un paternalista Fuero de los Españoles, que garantizaba a sus súbditos libertad dentro de un orden, del suyo. <br />
<br />
Pero las democracias no se dejaron engañar y le hicieron el cerco diplomático, más por contentar a sus bases que por un sincero deseo de que cayera. Sólo algunos países autoritarios, como el Vaticano y Portugal, mantuvieron a sus embajadores en Madrid. Y Suiza, siempre tan pragmática y pesetera.España reaccionó con orgullo hidalgo, despreciando al mundo como la zorra desprecia las uvas.¿Que no nos quieren? Menos los queremos nosotros. Una muchedumbre enardecida se congregó en la plaza de Oriente un frío 9 de diciembre para testimoniar su inquebrantable adhesión al Caudillo. Entre las pancartas que se agitaban sobre la marea humana, se leía:<br />
Si ellos tienen ONU nosotros tenemos dos.<br />
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Como una Albania de los años cuarenta, el asolado país, haciendo de la necesidad virtud, se arrellanó en su sillón frailero, elevó la castaña a categoría de plato nacional y se broqueló de desdén hacia lo extranjero.«Los falangistas no sentimos hoy nostalgia del bienestar material», se escuchaba en lo discursos.«Queremos la vida dura, la vida difícil de los pueblos viriles», solicitó Franco, y la Providencia escuchó su ruego: a la destrucción de la guerra, sin ferrocarriles, sin fábricas, sin viviendas, se sumaron años de pertinaz sequía. El hambre y el estraperlo fueron el acompañamiento de una década de miseria y sufrimiento,epidemias, sarna, chinches, piojos grises, estilográficas a plazos, lámparas de carburo y gasógenos, talleres de restauración de cepillos de dientes y de carreras de medias, colas de indigentes frente a la sopa sobrante de los cuarteles, tranvías abarrotados, trajes vueltos, retales, sobras, recortes, realquilados... Los extranjeros que visitaron España en aquel tiempo consignan su hedor a paño húmedo, a miseria, a roña acumulada, a aceite refrito, a grasa rancia.....<br />
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Mientras el país aguantaba los retortijones del hambre y muchos estómagos se habituaban a digerir algarrobas, en las tribunas resonaban las sustanciosas palabras del viejo tronco castellano:viril, jerarquía,imperial, señero, vibrante, augusto,a las que se añadió una nueva, la más brillante, un préstamo de Mussolini, aunque la vendieran como recién salida del troquel de la lengua:autarquía. <br />
<br />
Autarquía significaba «auto-abastecimiento», apañarse con lo propio sin ayuda ajena. Había que cerrar las puertas al corrupto mundo exterior. Hasta el diccionario se expurgó de extranjerismos: el coñac se rebautizó jeriñac; la ensaladilla rusa se llamó imperial, y hasta Margarita Gautier trocó su apellido gabacho por el autóctono Gutiérrez por voluntad de un gobernador civil.<br />
<br />
La minoría idealista de los vencedores, cada vez más minoría, se ahogó en la burocracia y en la vacua retórica. El vivir cotidiano se tejía sobre una urdimbre de complicidades, de corruptelas, de especulación, enchufismo, tráfico de influencias, cohechos... Agustín de Foxá diagnosticó: «Tenemos una dictadura dulcificada por la corrupción.» Encima de esta olla podrida flotaba el inconfundible aroma de la beata burguesía.<br />
<br />
Catolicismo y nación se fundían y confundían en perfecta simbiosis. La Iglesia recuperó, con aumentos, sus antiguos privilegios y se adueñó nuevamente de la educación del pueblo o, al menos, de la educación de la burguesía y de las clases medias, de la que saldría la clase dirigente del futuro (porque, consciente de sus limitaciones, desistió de evangelizar a la clase humilde).La radio, eficaz instrumento del régimen, suministró la necesaria evasión a muchas familias, que bostezaban con el estómago medio vacío en torno al desmayado brasero: partidos de fútbol, corridas de toros,seriales radiofónicos, quiniela semanal, copla patriótica de Conchita Piquer y Pepe Blanco y, sobre todo, los niños de San Ildefonso cantando el gordo de la lotería nacional sobre la que tantos sueños se cimentaban.Lo que no había era pan para todos .<br />
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En 1948, el bloqueo ruso de Berlín y la expansión del comunismo en China contribuyeron a despejarlas nubes del horizonte patrio. Comenzaba la guerra fría, y Franco, visceral anticomunista, ganaba simpatías en el mundo libre. El Caudillo cobró confianza y anunció: «Los tiempos difíciles han pasado», pero luego,recordando la depreciación de la peseta y la creciente inflación, atemperó su optimismo y añadió, como si su fe en la autarquía zozobrase: «Necesitamos imperiosamente producir.» Comenzaron los cambios. Discretamente desaparecieron de las cartas oficiales los saludos y las fórmulas vagamente fascistas. España se disponía a salir de su aislamiento para incorporarse a Europa. Los aparatosos haigas de los estraperlistas comenzaron a ceder terreno a los primeros Wolkswagen o Gracias manolo (por Manuel Arburúa, el ministro que concedía licencias de importación a sus enchufados). Era la avanzada de la clase media europea, próxima a hacerse carne y habitar entre nosotros.<br />
<br />
En los míseros años cuarenta, la depauperada España no lograba levantar cabeza; en los cincuenta,escarmentada del fatigoso carril de las rutas imperiales, se instaló en carreteras de tercera, que la condujeron, con baches y pinchazos, a las actuales autovías de peaje.El gran cambio sobrevino entre 1952 y 1953.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif; font-size: small;"><br />
</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRwEQqTdF6CvXdlrl_ovLquA9SD96SIT7V2y0tqJr4nra0rMC1xALBMsXNQxFxUN1nm-jMLG7hvCa09K99O1x-LGajyDnwe9oL3cyE9esXljQOlGRQZk7AxF4n5AXx_CAmRogaGC7mkvA/s1600/15a2-franco-eisenhower.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRwEQqTdF6CvXdlrl_ovLquA9SD96SIT7V2y0tqJr4nra0rMC1xALBMsXNQxFxUN1nm-jMLG7hvCa09K99O1x-LGajyDnwe9oL3cyE9esXljQOlGRQZk7AxF4n5AXx_CAmRogaGC7mkvA/s320/15a2-franco-eisenhower.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif; font-size: small;">De pronto, terminaron las restricciones de agua y luz,desaparecieron las cartillas de racionamiento y se alcanzó la renta per cápita de antes de la guerra. El régimen recibió el respaldo internacional tras sus acuerdos con Estados Unidos, y Franco se vistió de paisano y abrazó a Eisenhower en Barajas. (A Hitler, en Hendaya, sólo le había estrechado la mano, aunque, eso sí,entre las dos suyas y muy cordialmente.) Los americanos no nos suministraron locomotoras, como a los países del reciente Plan Marshall, pero nos socorrieron con sus excedentes de mantequilla, queso en lata y leche en polvo. Tampoco aportaron infraestructura industrial, pero enviaron al padre Peyton para que nos predicara la Cruzada del Rosario en Familia («La familia que reza unida, permanece unida»). La familia española estaba tan unida en torno al brasero de la mesa camilla que jamás hubiera pensado en disgregarse, pero, no obstante, el sueño americano reforzó la dimensión espiritual del vínculo. Fue un amor correspondido: España abierta de piernas, hechizaba al americano con tablaos flamencos, vino barato y alegría; el americano ponía Hollywood y el Reader's Digest.<br />
<br />
Los primeros signos de progreso material no se hicieron esperar. Como si una varita mágica nos hubiera tocado, la cochambrosa sala de estar se transformó en living,a las incómodas sillas de enea sucedió el tresillo de cretona estampada mixto de skay verde con tachuelas blancas; el brasero dio paso a la estufa de gas butano; el anafe de soplillo, a la cocinita de petróleo; el disco de baquelita, al microsurco; los calzoncillos hasta las rodillas, al braslip;la mastodóntica motocicleta Ossa, a la grácil Vespa; el carricoche de tracción animal, al motocarro.<br />
<br />
Llegaron las ollas a presión, los cacharros de aluminio y acero inoxidable,los fregaderos de marmolina, las medias de nailon, el tergal inarrugable, las lavadoras automáticas, el colchón de muelles, las cafeterías con camareras, el plexiglás, los pisitos a plazos, los bolígrafos... La gente firmaba resmas de letras, heraldos del consumismo, con inocente entusiasmo. <br />
<br />
Creció el poder adquisitivo,creció la esperanza, creció el pluriempleo; los bancos extendieron su benéfica obra social hasta cubrir al completo a la ciudadanía; crecieron la especulación del suelo y el desorden urbano.El agro hizo las maletas (de madera, atadas con cuerdas) para trasladarse a la ciudad, donde se malvivía mejor que en el campo.Más de un millón de campesinos echó dos vueltas de llave a la desvencijada casa del pueblo y se hacinó en chabolas de chapa y uralita a las afueras de la gran ciudad. <br />
<br />
Se adivinaban las primeras grietas en el compacto edificio de la España eterna<br />
<br />
La década que abarca de 1957 a 1967 constituye el período decisivo del franquismo. El Caudillo, con su proverbial astucia, se percató de que, salvados los traidores bajíos de la política internacional, la nave patria enfilaba ya, viento en popa, los escollos de una economía desastrosa. Renovarse o morir. Había que dejarse de pamemas y echarse en brazos del sistema capitalista y <br />
de la economía de mercado. <br />
<br />
Franco se afeitó el bigotito, archivó las carpetas del proyecto autárquico y desatornilló de sus poltronas a unos cuantos ministros falangistas para sentar en ellas a jóvenes tecnócratas opusdeístas.Una bocanada de aire fresco, con ciertos efluvios a incienso, circuló por las camarillas del poder. <br />
Elegantes ministros y pulidos subsecretarios se movían con soltura con la estampa de san Ramiro de Maeztuen la billetera, junto a la foto de familia numerosa («Nos han hecho ministros», se felicitó san Jose maría Escrivá, marqués de Peralta). Los españoles que cada noche salían al balcón, muchos en camiseta, otros en pijama a rayas, a escrutar el firmamento en busca de la parpadeante lucecita delSputnik no eran conscientes de estar doblando la bisagra de una nueva era, ni advertían que después de tres lustros de difícil equilibrio en el trampolín de la escasez, se estaban columpiando sobre el embalse del aperturismo, de laliberalización, del neocapitalismo, de la abundancia consumista, de la sociedad del confort. La zambullida nos tomó por sorpresa. En un santiamén, se abrieron las esclusas, y dos millones de trabajadores españoles se vaciaron sobre Europa, mientras cuatro, seis, ocho millones de turistas europeos en paños menores trashumaban cada verano a nuestras cálidas playas, ávidos de insolación, de paella, de sangría y de burro—taxi typical.<br />
<br />
El negocio de exportar pobres e importar ricos atascaba de divisas las arcas del Estado;por otra parte, crecían las inversiones extranjeras, aprovechando que los salarios eran bajos y no había huelgas. Había que ser muy mal nacido y radioescucha de la emisora Pirenaica para negarse a admitir que el pueblo disfrutaba de un bienestar sin precedentes. <br />
<br />
Gas butano, tresillos de skay adornados con pañitos de croché y cojines de lana, secador de pelo, batidora Turmix, frigorífico, transistores vía Ceuta o Andorra,muebles de formica y diseño nórdico, cuartos de baño con bidé en una de cada cuatro viviendas, agua caliente en una de cada dos, utilitario familiar. <br />
<br />
Del subdesarrollo pasábamos al consumismo; del desempleo, al pluriempleo. Un mundo nuevo amanecía.Franco, como un viejo patriarca rodeado de numerosa y feliz familia, podía sentirse orgulloso. Pero no se durmió en los laureles: se multiplicaba, timoneaba la nave del Estado con pulso firme, inauguraba pantanos, se hería en la falange (con minúscula) «estando cazando en El Pardo», capturaba una ballena en el Cantábrico y enviaba la pelota de golf más lejos que nadie.<br />
<br />
Había paz (XXV Años, en 1964), había pan,había fútbol, había concursos («Un millón para el mejor»), había quinielas millonarias. ¿Qué más podíamos desear? Vivíamos mejor que nadie. Por las carreteras españolas los primeros Seat 600 iniciaban su tímido rodaje en manos de inexpertos neoconductores. Los primeros Planes de Desarrollo iniciaban su tímido rodaje en manos de inexpertos ministros de Economía proclives a los frenazos y a los acelerones.<br />
<br />
España, como una prometedora adolescente bien nutrida, daba el estirón. Quizá quedaba algo desgalichada y asimétrica: en la costa, jornal seguro de albañiles y camareros; en el interior, pasaporte y maleta para Alemania. Arreciaba el éxodo del campo a la ciudad. Desertores del arado dejaban el pueblo, las boinas capadas, las tocas negras y los valores morales, hasta entonces salvaguardados por el qué dirán de un vecindario chismoso, y se volvían permisivos y modernos en cuanto desembarcaban en el anonimato de la gran ciudad.<br />
<br />
La cartilla de ahorros se olvidó en el fondo del secreter de la cómoda, la gente vivía al día,quería disfrutar y resarcirse de las privaciones pasadas, consumía en cómodos plazos: «Compre ahora y pague después.»La Iglesia y el Estado franquista se habían prometido amor eterno apenas acabada la guerra. El Concordato de 1953 fue su boda formal. España, como una novia bonita y morena, aportaba como dote los ministerios de Educación e Información. La Iglesia se las prometía felices, pensando que, con esos dos instrumentos en la mano, tenía asegurada su influencia durante otros mil años. <br />
<br />
No advirtió que la novia iba preñada de modernidad y que las débiles costuras ideológicas del traje nupcial iban a estallar de un momento a otro. La fe, arremetida por el progreso, flaqueó. Incluso en el propio Vaticano cocían habas: el Concilio Vaticano II dejó estupefactos a los obispos españoles. ¡El Papa quería adaptar la Iglesia al mundo y no al contrario! Se produjo una desbandada general; grupos contestatarios exigían que la Iglesia se ocupara menos de la moralidad y más de la justicia social. <br />
<br />
La jerarquía se escindió en dos bandos: preconciliares integristas y conciliares progresistas. De éstos, comenzaron a salir algunos curas disidentes, con preocupación social, incluso obreros, lo que ocasionó grave escándalo y quebranto entre los obispos franquistas.Luego, pensándolo mejor, los consintieron. La Iglesia, tan sabia, evita poner todos los huevos en la misma cesta. Ve venir los cambios y sabe ganar la delantera. En las zonas industriales, comenzaba a haber huelgas y curas obreros entre los huelguistas. En el País Vasco empezaba a levantar cabeza el nacionalismo, y el terrorismo asomaba las peludas orejas, con curas encubridores suministrando infraestructura logística e incluso algo más.<br />
<br />
Hacia 1957, los españoles, que hasta entonces habían creído que la esencia de la vida consistía en apretarse el cinturón, contemplaron con sorpresa cómo les germinaban debajo de los pies las semillas del consumo traídas, en vuelo estacional, por turistas y emigrantes. El terreno estaba bien estercolado. En tan sólo diez años, entre 1960 y 1970, la renta per cápita del país había crecido en un 82 %.Tras la remodelación ministerial de 1965, el gobierno se escindió en dos bloques antagónicos: por una parte, los retroinmovilistas, capitaneados por el vicepresidente y hombre de confianza del Caudillo,Carrero Blanco; por la otra, progresistas, abanderados por Fraga Iribarne, que aspiraba a normalizar el país. <br />
<br />
La dictadura se desprendió de los lastres nacional sindicalistas y ascendió a régimen autoritario dispuesto a ceder en lo superficial para mantener lo fundamental.El 22 de noviembre de 1966, Franco presentó a las Cortes la Ley Orgánica del Estado, y Fraga Iribarne comenzó su combate por el título de la modernidad con la Ley de Prensa. Al año siguiente, 1967, floreció la Ley Orgánica del Estado, y la Virgen se apareció a unas niñas sobre un lentisco del Palmar de Troya, en la provincia de Sevilla. España se debatía rasgada por tensiones interiores, como parturienta a punto de cesárea. <br />
<br />
El rojerío progresista avanzaba sus peones. En los foros políticos, arreciaban voces exigiendo coeducación. En 1970, el presupuesto de Educación superó al del ejército por vez primera en la historia del régimen.El radicalismo estudiantil, que en París se lanzó a la calle para destruir los coches de la burguesía, en España se lanzó a los catres de los cuchitriles estudiantiles a destruir los virgos, considerados también símbolo de la burguesía, del dominio papista y vestigio retro de la dictadura. Las barricadas se hacían esperar.España se estaba volviendo roja y libertaria, pero los alevines de la clase media, los chicos burgueses que hicieron el bachillerato en Acción Católica y las chicas que fueron Hijas de María en colegios de monjas, las nuevas generaciones que el régimen había amamantado generosamente a sus pechos, se tomaban su tiempo antes de lanzarse a la revolución. Fue al final, ya en la universidad, cuando se convirtieron por millares al marxismo—leninismo y se catequizaron con el Libro Rojo de Mao, tan profundo.<br />
<br />
Y después de Franco, ¿qué?, venía preguntándose la ciudadanía desde el final mismo de la guerra. Después de Franco pues vuelta a la monarquía, que se podia esperar.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/fcpBEkWEPn4" title="YouTube video player" width="480"></iframe>Unknownnoreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-3521491270298215616.post-63507246411997984742011-03-01T22:56:00.002+01:002017-02-12T23:12:49.349+01:001940: Guerra civil , represion y desmemoria .<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMd7qAf_4Z42gyCianV5LEC7_Yov6lk6uVADb5dQe2rc1DxKMV33p5UAdJj4HbXt7YJxg-cBA07oXvHWE8m4YZj2f1FLZerwJk-Oj0n4bBLEXWbxOuOaOmbBdWL_g1SzXprxKmMPCjmXo/s1600/represion.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="182" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMd7qAf_4Z42gyCianV5LEC7_Yov6lk6uVADb5dQe2rc1DxKMV33p5UAdJj4HbXt7YJxg-cBA07oXvHWE8m4YZj2f1FLZerwJk-Oj0n4bBLEXWbxOuOaOmbBdWL_g1SzXprxKmMPCjmXo/s320/represion.jpg" width="320" /></a></div><span style="font-size: small;">Como residuo de la exitosa propaganda marxista, se han convertido en dogma de fe la crueldad, el sadismo y el ánimo exterminador de Franco durante la Guerra Civil y la posterior dictadura; dogma asumido como verdad indiscutible por la izquierda y buena parte de la derecha. No se niegan ciertos crímenes por parte de los frentepopulistas, pero en menor número y no exentos de ciertos atenuantes que los hacen comprensibles e incluso justificables. Este es, de forma muy escueta, el punto de partida de la historia que se quiere asentar.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Según esta versión propagandística, defendida y patrocinada por autores como Santos Juliá o Paul Preston, el terror ejercido por ambos bandos presentaría caraterísticas bien distintas. Así, las características del terror franquista serían:</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><ul style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><li><span style="font-size: small;"><b>Fue impuesto desde el poder y era inherente a la propia indiosincrasia de los rebeldes.</b></span></li>
<li><span style="font-size: small;"><b>Tendría carácter genocida y buscaría el exterminio sistemático de obreros, demócratas y cualquier oponente político.</b></span></li>
<li><span style="font-size: small;"><b>Su fin último sería mantener al "pueblo" sojuzgado y anestesiado para mantener los privilegios de la oligarquía dominante.</b></span></li>
</ul><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En claro contraste, las características del terror republicano serían otras bien distintas:</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><ul style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><li><span style="font-size: small;"><b>Habría sido impuesto por el "pueblo" de forma espontánea como mecanismo de defensa y respuesta ante la brutal agresión fascista y serviría para defender una sociedad más libre y justa. </b></span></li>
<li><span style="font-size: small;"><b>Hubo frecuentes llamamientos desde el poder para ponerle freno.</b></span></li>
<li><span style="font-size: small;"><b>El número de víctimas habría sido muy inferior a las causadas por el terror del bando contrario.</b></span></li>
</ul><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Examinemos ahora, a la luz de los datos perfectamente conocidos (y<i> perfectamente ocultados a conveniencia</i>), la veracidad de las anteriores premisas.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Indudablemente, el terror fue iniciado antes de la guerra. La II República se caracterizó desde prácticamente sus inicios por una enorme violencia de signo político. Ya en mayo de 1931 ardieron iglesias y conventos. Los atentados y asesinatos, iniciados por la izquierda, la censura, los ataques a sedes de partidos políticos de derechas fueron moneda común.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La fracasada intentona revolucionaria izquierdista de octubre de 1934 fue premonitoria de la posterior actuación durante la Guerra Civil: asesinatos, destrucciones, incendios, saqueos... Tras las elecciones de febrero de 1936 la violencia, reiteradamente denunciada por diputados de derechas, subió nuevamente de intensidad. Las proclamas de los periódicos izquierdistas incitando a la violencia eran realmente terroríficas, conjugadas con toda suerte de desmanes en las calles. </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Azaña sentenció en el parlamento "¿No queríais violencia? Pues tomad violencia". El presidente Casares Quiroga se declaró beligerante contra buena parte de la nación y señaló con notable imprudencia a Calvo Sotelo como responsable de lo que pudiese ocurrir, como ya había hecho el diputado Mariano Ansó al declararlo "<i>el enemigo más caracterizado del régimen</i>". El propio Calvo y Gil Robles fueron amenazados de muerte por diputados izquierdistas: José Díaz, Dolores Ibárruri, Ángel Galarza...</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Una vez estallada la guerra, la represión izquierdista no puede atribuirse al "pueblo", ente abstracto que sirve para justificar cualquier fechoría, sino a los partidos y sindicatos de izquierdas, armados por Giral y Azaña. </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Como instrumento de asesinato, tortura y sistemático saqueo se concibieron las siniestras checas, controladas por partidos, organizaciones sindicales y organismos oficiales como el Ministerio de Gobernación o la Dirección General de Seguridad. Destacados dirigentes como Galarza, Manuel Muñoz, Santiago Carrillo o Margarita Nelken fueron responsables de ellos.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Con respecto al número de represaliados por cada bando, las cifras varían. </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Desde una perspectiva izquierdista se han ofrecido cifras de hasta un millón de asesinados por los franquistas, pasando por los 400.000 de Gabriel Jackson o los 150.000 (con 50.000 asesinados por los frente populistas) de Santos Juliá. El inimitable Preston, con su habitual desenfado, cifra los represaliados por los franquistas en 200.000 sólo en la posguerra. </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Teniendo en cuenta que el número de muertos totales en la contienda fue de aproximadamente un cuarto de millón, la falsedad de tales cifras salta a la vista y sólo se pueden inscribir en el terreno de la propaganda. Los métodos usados para cuantificar las víctimas no se pueden calificar de científicos: se mezclan asesinados con muertos en combate, se multiplican los nombres, se basan en rumores y leyendas...</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Más serios y ecuánimes son otros estudios. La Causa General cifra el número mínimo de asesinados por los izquierdistas en 85.940. Salas Larrazábal cuantifica los asesinatos en aproximadamente 72.000 por parte izquierdista y 58.000 por los franquistas, incluyendo los muertos tras la guerra. Martín Rubio cifra el número de represaliados en 60.000 muertos causados por las izquierdas y 80.000 por el bando vencedor, incluyendo 23.000 fusilados en la posguerra. Estos estudiosos utilizan una metodología más rigurosa que los anteriores: análisis demográficos, estudios de población, inscripciones en registros civiles...</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La represión tras el fin de la contienda fue encauzada a través de tribunales. De las aproximadamente 50.000 condenas a muerte fueron conmutadas más de la mitad. Pronto hubo reducciones de penas y la mayoría de condenados a cadena perpetua quedaron en libertad en pocos años. Estos datos no concuerdan muy bien con la supuesta voluntad exterminadora de los vencedores una vez acabada la guerra.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">En virtud de lo anteriormente expuesto creo que con respecto a la represión se puede concluir lo siguiente:</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><ul style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><li><span style="font-size: small;">En los dos bandos hubo una feroz represión, a todas luces injustificable a pesar de la situación de guerra. En acertadas palabras de don Ramón Salas Larrazábal: "Todos tenemos mucho de que avergonzarnos y muy poco que reprocharnos".</span></li>
<li><span style="font-size: small;">En caso de que hubiese algún "terror de respuesta" el del bando franquista encajaría mejor en esa "definición", ya que las derechas fueron sometidas a un brutal y mortal acoso por parte de las izquierdas durante buena parte de la vigencia de la II República y especialmente en octubre del 34 y desde febrero del 36.</span></li>
<li><span style="font-size: small;">En ambos bandos hubo llamamientos para poner fin a la matanza.</span></li>
<li><span style="font-size: small;">Al cuantificar el número de represaliados debe tenerse en cuenta que los vencedores pudieron actuar en la totalidad del territorio y durante más tiempo.</span></li>
<li><span style="font-size: small;">Hubo una importante represión entre distintos partidos izquierdistas y en el seno del ejército rojo. No sucedió nada similar en el bando contrario.</span></li>
</ul><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Queda claro, pues, que la barbarie y la crueldad no fueron patrimonio exclusivo de un sólo bando. </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj79xwEyk1eH5ZeN3OlmibfAaKQvswBKhR4HpxH2XwogQuY1lr8LA03Pft9hyphenhyphensu-J88_Q3xAbPFIZri0CY9F7AAC8mWglA1R5MOudZqPUASZ99OxNOqVbTdAg6BQgTG_2rrvGZJ3W8yAzs/s1600/paracuellos2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="182" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj79xwEyk1eH5ZeN3OlmibfAaKQvswBKhR4HpxH2XwogQuY1lr8LA03Pft9hyphenhyphensu-J88_Q3xAbPFIZri0CY9F7AAC8mWglA1R5MOudZqPUASZ99OxNOqVbTdAg6BQgTG_2rrvGZJ3W8yAzs/s320/paracuellos2.jpg" width="320" /></a></div></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Decididamente manipular la historia, obviar la ley de amnistía de 1977, glorificar sin tasa a media nación olvidándose de la otra mitad, y divinizar los intentos del maquis de reactivar la guerra civil , no puede conducir a ningun proposito bueno.</span></div><br />
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"></span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">La izquierda actual se presentan como los actuales representantes de un régimen republicano maravilloso y bucólico, paradigma de la democracia y el progreso, del que sería descendiente directa nuestra actual democracia. </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Por contraposición, los franquistas serían los responsables de haber malogrado tan idílico régimen y la encarnación de todas las maldades y vilezas. La actual derecha, sería la heredera natural del franquismo y carecería por tanto de cualquier legitimidad al estar manchada por un pecado original imborrable e imposible de purificar.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"></span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><br />
</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Para difundir ese irreal panorama, los defensores de tan peculiar desmemoria no dudan en patrocinar, por supuesto con fondos públicos, campañas propagandísticas, panfletos , exposiciones, actos reivindicativos ,y el deseo de reescribir la historia al gusto del consumidor, lo que no presagia nada bueno, y solo tiene un fin politico .</span><br />
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<span style="font-size: small;"><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Autor : Rafael Guerra </span></span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com17